Más de 16 mil personas acudieron el viernes 15 de septiembre a la ceremonia del Grito de Independencia para escuchar la frase “Mexicanas y mexicanos, vivan los héroes que nos dieron patria”, palabras pronunciadas por el gobernador Francisco Domínguez Servién desde el balcón de la Casa de la Corregidora, actual Palacio de Gobierno.

Desde temprana hora, los queretanos y visitantes de otros estados comenzaron a congregarse en las calles del Centro Histórico, la mayoría ataviados con motivos patrios como pelucas en colores verde, blanco y rojo; jorongos, sombreros, bigotes y demás accesorios que eran portados con orgullo.

Cerca de las 10 de la noche, los filtros para poder tener acceso a la plaza principal del Centro Histórico generaron filas en las que fueron separados hombres y mujeres para realizar una revisión de las bolsas y objetos personales, con la intención de evitar la introducción de objetos peligrosos.

“Tenemos la indicación de no dejar pasar vidrio, obviamente armas blancas o de fuego, jarritos o el mástil de las banderas si es muy grande, tampoco”, declaró el comandante Apolinar Camacho Martínez.

Minutos previos a la celebración del grito, al interior del Palacio de Gobierno se daba la instrucción de saludar a la bandera, por lo que asistentes que se encontraban de pie frente a los restaurantes que rodean la Plaza de Armas, obedecían respetuosos la orden.

Luego se entonó el Himno Nacional, que fue coreado al unísono por familias enteras, entre las que podía verse un pequeño Miguel Hidalgo, además de adelitas y padres de familia con gigantescos sombreros.

Los fuegos artificiales iluminaron el cielo frente a expresiones de asombro por las intensas luces que se conjugaban con el ritmo de los temas mexicanos.

Luego de que las miles de personas dieron orgullosos el grito de ¡Viva México!, comenzó el espectáculo de la Sonora Dinamita, que inició alrededor de las 23:20 horas, como se tenía programado, en el escenario ubicado en el Jardín Zenea.

“Quiero agradecer de todo corazón su preferencia”, dijo una de las cantantes, quienes portaron entallados vestidos rojos con lentejuelas.

Temas como “Amor de mis amores”, “A mover la colita”, “Hechicería” y “Saca la maleta” fueron parte del repertorio obligado de la agrupación, que no lograba apreciarse desde lejos, debido a la saturación del audio en los altavoces.

Además, por la ubicación del escenario —en la esquina de las calles 16 de septiembre y Corregidora— resultaba difícil acercarse al show entre la gran afluencia de gente.

“Mil horas vamos a tardar en llegar hasta allá”, se escuchaba entre la multitud que se abría paso para acercarse al escenario. “No vine desde tan lejos como para no poder bailar”, fue otra de las frases de quienes se empeñaban en su paso para ver a la Sonora Dinamita.

Otros aprovecharon la noche para disfrutar alguna de las delicias que se vendían en los puestos de algodones de azúcar, guajolotes y demás antojitos mexicanos.

Algunos asistieron acompañados de sus familias, los más jóvenes con grupos de amigos, asimismo se veían parejas disfrutando de la celebración nocturna.

“El ambiente está muy prendido y muy agradable, también se ve todo muy seguro y muy familiar”, declaró Miguel Zedillo.

Algunas familias portaban listones y accesorios mexicanos, pero destacó el empeño que ponían entre los más pequeños del hogar.

“Venimos todos en familia. Es algo muy bonito porque es recordar y vivir el ser mexicanos, ¡estamos muy orgullosos de nuestro país! Ya vimos al mariachi y ahorita vamos a bailar con la Sonora”, dijo Eliseo Rodríguez, quien paseaba acompañado de sus hijas.

Antes de la media noche, aún se veía mucho movimiento, aunque algunos comenzaban a retirarse de las plazas, otros seguian la fiesta, caminaban, observaban los shows o disfrutaban de alguna delicia.

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