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La muerte es uno de los temas recurrentes en la obra de la pintora jalisciense Martha Pacheco, y su exposición “Siete voces para una autopsia”, que fue inaugurada en el marco de la celebración de los 17 años del Museo de la Ciudad, reúne imágenes detalladas del proceso de una necropsia.
La obra de esta pintora sólo se había presentado en muestras colectivas en el Mueso de la Ciudad; “Siete voces para una autopsia” es la primera exposición que exhibe de manera individual, aunque la artista no pudo estar en la inauguración por problemas de salud.
En el texto de sala Robert Storr apunta: “¿Acaso está Pacheco, como escribió el poeta, ‘demasiado enamorada de la muerte’? No me corresponde a mí decirlo, pues, qué tanto es demasiado, varia mucho, sin embargo (…) cualesquiera sean sus razones para ser esclava de la muerte, tienen tanto que ver con el contexto cultural, social y político en que Pacheco vive en este momento histórico como con cualquier predisposición privada”.
“(…) El arte de Pacheco convence en aspectos donde mucha obra gráfica de temática similar fracasa. En efecto, su pintura y sus dibujos apuntan y condenan tales fallas con un dedo acusador tan enérgico como la mano que nos sujeta del cuello obligándonos a voltear y prestar atención a imágenes de una realidad casi insoportable ¿Requiere esta obra un estómago fuerte? Sí, supongo, pero requiere —y demuestra— una mayor fortaleza de espíritu”, finaliza Storr sobre la serie “Siete voces para una autopsia”.
Martha Pacheco, originaria de Guadalajara, Jalisco, ingresó al Taller de Investigación Visual de la Universidad de Guadalajara. En 1982, inauguró su primera exposición pictográfica en la casa de Cultura Jalisciense.
“Acallados”, “Exiliados del imperio de la razón” y “Los muertos” son los títulos de algunas de sus obras expuestas en la década de los años noventas. Pacheco tomó fotografías de revistas que retratan sucesos policiacos para la serie “Los muertos”, posteriormente ella retrató fotografías de cadáveres del Servicio Médico Forense, para continuar con su trabajo pictórico.
Su obra, teniendo como temas principales la locura y la muerte, se ha expuesto en México y Estados Unidos; en 1998 fue seleccionada para la exposición “Ocho Artistas Jaliscienses en Washington”, que se realizó en el Instituto Cultural Mexicano de Washington.
Asimismo, ha recibido el Primer Premio del VII Encuentro Nacional de Arte Joven, Aguascalientes (1987); el Primer Lugar de Pintura en el Salón de Octubre, Guadalajara (1989) y el Primer Lugar de Dibujo de la Bienal José Clemente Orozco, Guadalajara (1991).
