De pie y con una rotunda ovación, así recibieron a Lupita D’Alessio queretanos y queretanas, en el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez, mismos que las hicieron llorar de la emoción.

No fue una ovación fingida, de las de siempre, de las de cajón; fue una muestra de cariño sincera y espontánea. Ella no se esperaba tanto de los cerca de 9 mil asistentes.

Los aplausos no paraban. Se le escaparon un par de lágrimas y le preocupó el maquillaje. Mujer y vanidosa, finalmente. Apenas había cantado su primera canción: “Inocente pobre amiga” y faltaban todavía dos horas de concierto.

“Gracias por su cariño, por este recibimiento a La Güera y a mí, apenas estamos calentando motores”, dijo a los asistentes la mal llamada Leona Dormida.

Cantó su segunda canción de la noche, “Los siento mi amor”, y la tercera, “Ni guerra ni paz”, y, en ese momento, ya se sabía quién iba a ser la figura de la noche.

Yuri también lloró por Dios, su amor celestial, no tanto por su amor terrenal, su marido Rodrigo. “Lo he externado muchas veces en televisión, Dios me salvó y también te puede salvar a ti, me dio todo lo que no pude comprar con dinero”, dijo la intérprete veracruzana.

“Ustedes, público, no lo saben, pero la pasamos muy mal, tenemos todo, fama, dinero, pero no somos felices, no tenemos paz, estamos solos y por eso caemos en adicciones, por esos vacíos que no podemos llenar”, expresó.

Las cantantes ofrecieron un concierto en el auditorio Josefa Ortíz de Domínguez, como parte de la gira “Amigas para siempre” o “Amiguis, amiguis forever”, como dijo La Güera.

El tour arrancó en noviembre del año pasado en el Auditorio Nacional, lugar donde ambas intérpretes han vendido, con lleno total, seis fechas. Regresarán al Distrito Federal el próximo 22 y 23 de febrero. Pero, antes, recorrerán varios escenarios en todo el país.

Exitosa gira

La dupla de cantantes ha sido todo un éxito en donde se han parado. No sólo cuenta la calidad de intérpretes, y la fuerza de su voz. A este combo de belleza y carácter, las une la música, la desgracias en el amor, y la palabra de Dios.

Yuri abrazó la religión cristiana hace 18 años, tras infidelidades y separaciones, de relaciones truncas. “Ay mana, nosotras nos comimos todo el bufete, nos comimos el desayuno, la comida, la cena, el postre, y hasta con las sobras barrimos”, dijo la veracruzana.

Lupita tiene menos tiempo abrazada a “la palabra” y durante el concierto fue más discreta, menos dispuesta a hablar de sus errores con los hombres, la bebida y sus arranques de carácter arriba y debajo del escenario. Prefirió decir al público su edad: “en marzo voy a cumplir 60 años”, informó.

La güera cantó las canciones del abandono, como “Oscuridad” y las del desamor, “La maldita primavera”; Lupita las de la revancha, las de sufro pero me aguanto: “Inocente pobre amiga” y “Mentiras”.

Yuri se refería a Lupita como mana, comadre, amiga, maestra; Lupita simplemente como Güera.

Llega el turno de esa canción “Mudanza”, donde D’Alessio se confiesa, donde saca corazón, estómago y dolor. También decálogo de mujer liberada y enojada, ideario la mujer de hoy.

“Hoy quiero y debo cambiar, dividirle al tiempo, y sumarle al viento, todas las cosas que un día quise conquistar, porque soy mujer como cualquiera, con dudas y soluciones, con defectos y virtudes, con amor y desamor, suave como gaviota, pero felina como una leona, tranquila y pacificadora, pero al mismo tiempo, irreverente y revolucionaria, feliz e infeliz, idealista y soñadora, sumisa por condición, más independiente por opinión, porque soy mujer, con todas incoherencias que nacen en mí, fuerte sexo débil”.

Yuri, que este año cumplirá 39 años de carrera artística, quería cantar “Osito Panda” al final del show, pero Lupita D’Alessio no lo permitió. Final feliz.

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