Miles de pequeños automóviles fueron presentados en la explanada del Centro Cultural Gómez Morín, en donde coleccionistas de la ciudad sacaron de sus cajas sus tesoros más preciados para exhibirlos al público en general en la séptima edición del Encuentro del Club de Coleccionistas de Autos Escala.
La asociación fue fundada en 2008 por Enrique Rivera en San Juan del Río y poco a poco fueron sumándose integrantes que compartían el mismo hobbie y pasión. Para el 2010, trasladan la sede oficial a la ciudad de Querétaro, en donde comenzaron a realizar año tras año un magno evento que muestra a las familias, jóvenes, niños y adultos, parte de sus colecciones.
“Somos más de 1500 miembros de manera electrónica, presencialmente como 35. La finalidad es convivir y compartir entre nosotros. Priorizamos mucho el lado educativo del coleccionismo con eventos como este y buscamos fomentar, sobre todo en los niños, el orden, la constancia y el cuidado”, expresó Enrique Rivera.
Para esta ocasión, la temática fue vehículos de servicio, por lo que pequeñas ambulancias, camiones de bomberos y patrullas de diferentes épocas de la historia se encontraban colocadas en mesas alrededor de la explanada del Centro Cultural Manuel Gómez Morín.
También asistieron alrededor de 45 vendedores y 25 coleccionistas, entre los que nos encontramos con Andrés Mendicuti de 52 años, un médico veterinario zootecnista y su hermano Luis Mendicuti de 51 años, ingeniero de profesión, quienes platicaron en exclusiva con EL UNIVERSAL Querétaro sobre esta pasión.
¿Cuándo comenzó esta pasión?
—Andrés: Hace 38 años, en Cancún Quintana Roo y de ahí al día de hoy no dejamos los carros. Mis papás nos compraron autos de la marca Majorette de fabricación francesa, esto cuando el dólar costaba 12.50 pesos; nos dijeron que serían dos para cada uno. Aún los conservamos.
¿De cuántos carros consiste su colección?
—Luis: Son alrededor de 14 mil piezas, no dejamos de comprar desde que teníamos 13 y 14 años. Actualmente la exhibimos para darle a la gente felicidad, los tenemos almacenados en cajas pues no tenemos un espacio determinado, así que nos sentimos muy bien al poderlos sacar en eventos como este.
¿Para esta ocasión cuántos automóviles trajeron y cuál es el más representativo?
—A: Son 400 carros muestra, los más padres son los de bomberos porque son autos que existen en la vida real. Fueron adquiridos hace tres o cuatro años atrás, dado que son piezas muy difíciles de encontrar. Los conseguimos en viajes a Estados Unidos o mercados de pulgas y chácharas.
¿Cuál es la parte difícil del coleccionismo?
—A: Tener en mente un carro y no poderlo conseguir, tenemos que recurrir a internet e inclusive, comprar lotes completos porque a veces no viene solo el auto que necesitas. Así que a veces las inversiones son un poco fuertes.
—L: Hay un común denominador, los carros que nosotros compramos evidentemente los queremos para nosotros, pero siempre tenemos a las esposas detrás que dicen “un carro más y te vas de la casa, no cabemos ya” (risas).
¿Qué es lo que más les gusta de este hobbie?
—A: Tener modelos diferentes, tomarles fotos e incluso jugar con ellos. Algo que hemos hecho de un tiempo para acá es customizarlos, que significa modernizarlos o cambiarles su forma original; pintarlos, cambiarles las llantas, inclusive meterles muñecos de algunas series antañas.
—L: A nosotros nos da mucho gusto presentar las colecciones que atrapan desde el público infantil hasta el de los adultos con carros de los años 30 a los 60’s, que la gente recuerden su infancia y que diga “este yo lo tuve”.