Muchos de los espectadores que entran al Museo de la Ciudad, uno de los recintos con mayor actividad en Querétaro, desconocen el trabajo que se requiere para inaugurar una exposición o instalación.
Desde poner un clavo, una luz o un cuadro son detalles importantes para Caín Torres y su equipo de trabajo, que está integrado por Edith Puga, Javier Jiménez, Alejandro Ontiveros y Benjamín Ramírez, quienes hacen posible que antes de la apertura de una sala de exhibición el Museo de la Ciudad tenga vida y arte.
Desde hace 16 años, Caín labora en el Museo de la Ciudad, pero él no se considera museógrafo ni curador de arte. Él se llama un “cuelga cuadros”. “Ese es mi trabajo y creo que lo hago muy bien porque en 16 años nunca se me ha caído uno”, dice muy serio y luego ríe.
Su trabajo y el de su equipo requiere de ingenio y muchas horas de trabajo para poner una pared falsa, construir marcos para los cuadros a exponer o hacer que un video se proyecte desde el techo de uno de los pasillos del museo.
Antes de llegar al Foro de Usos Múltiples está el taller de Caín, ahí es donde se realiza el trabajo técnico para los accesorios requeridos en las exposiciones.
El espectador que es observador habrá notado que cada año la puerta cambia de decoración, una propuesta artística de Caín Torres; no cualquiera tiene la oportunidad de cruzar esa puerta, pero quien accede se podrá dar cuenta que el lugar también parece una galería de la historia de las exposiciones que han pasado por el Museo.
Del teatro al museo
El dibujo fue una actividad que siempre acompañó a Caín Torres y el trabajo de rotulista de su padre influyó en su labor creativa. Al preguntarle cómo fue el inicio de su trabajo, él recuerda su época juvenil en la que soñaba con ser actor de teatro, pero la historia de su misma obra lo fue llevando a la especialización de escenógrafo y tramoyista.
Después trabajó en el Patronato de las Fiestas de Querétaro y fue ahí donde se formó un nuevo equipo de creadores para los Carros Bíblicos y el Nacimiento Monumental que se comenzó a instalar en el Jardín Zenea para las fiestas de Navidad, eso fue hace 20 años. En ese tiempo Caín aportó ideas que enriquecieron al Nacimiento.
En 2008, con el incendio de la Casa de Carros, donde se resguardan los Carros Bíblicos, personajes y accesorios del Nacimiento, Caín, como responsable, reconstruyó las piezas dañadas por el fuego, desde el niño Dios hasta el diablo y llegó a reunir 700 objetos.
Este año, Caín no fue convocado a realizar “El Nacimiento Monumental”, pero él ya es parte de la historia de esta tradición.
Hace 16 años inició su trabajo de museografía y producción para el Museo de la Ciudad. Aprovechando los restos de madera de los accesorios de las exposiciones comenzó a darle vida a sus dibujos.
El especialista también ha colaborado con el Museo Regional creando maquetas a escala del centro de la ciudad de Querétaro y moldes de fósiles que son utilizados para enseñarles a los niños sobre historia y paleontología.
Parte de sus esculturas se han presentado en el mismo Museo de la Ciudad y en el Hospital General, además tiene pendiente exponer una obra más para el Museo de Arte este año.