En la calle de Monte Albán, muy cerca de la esquina de Chichén Itzá, Valle Alameda Querétaro, existe una Base Lunar con todo y el conejo.
La Base fue creada por Luis Gerardo y Mareano Ruiz Rosillo, dos hermanos que encontraron en el arte la forma de comunicarse con los habitantes del planeta Tierra.
Ahí resguardan sus obras, máscaras, fotografías y pinturas que han creado en su viaje por México y el extranjero, piezas que a modo de bitácora construyen Trotamoondos, exposición que se presentará el 11 de noviembre en el Centro de Arte Bernardo Quintana de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
Pinturas de gran formato, cuadros en formato pequeño y escultura en yeso se exhibirán en Trotamoondos, también presentarán una pequeña muestra de sus Etnografías Lunares, proyecto fotográfico de oficios populares, como zapatero y camotero, que están en vías de extinción. Además darán una probadita de Marcatiempos, ganador del Programa de Apoyo a la Producción Artística (APOYARTE) 2016. Y no faltarán las máscaras, que se han vuelto un distintivo de Base Lunar.
De Querétaro a la luna. Originarios de Querétaro, hermanos de sangre y conectados por el arte, dejaron la ciudad y tomaron caminos distintos. Luis Gerardo se fue a Saltillo y Mareano llegó a Oaxaca, “pero mantuvimos siempre pláticas y llegó un punto donde dijimos: Vamos a hacer algo. Y decidimos viajar juntos durante un año”, platica Luis Gerardo, especialista en Comunicación Visual.
Comenzaron en Saltillo, fueron a San Luis Potosí, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Oaxaca, y a cada lugar que llegaban había algo por aprender de la gente y sus costumbres. También visitaron Guatemala, Belice, Uruguay, Belice, Bolivia, Argentina. Así comenzó el concepto del colectivo Base Lunar: viajar, aprender, crear.
“En ese año de viajar por diferentes estados de México, dijimos: ¿Cómo podemos hacer un colectivo donde estemos viajando y percibiendo las enseñanzas de otras personas, sus aportaciones? Con Base Lunar y Base Lunar somos nosotros, entonces puede haber Base aquí, allá o donde queramos difundirnos; lo de Lunar también es porque era como salirnos de la Tierra, de las mismas cosas físicas que nos rigen las leyes, tratar de transgredirlas, romperlas un poco para dar pie a la imaginación”, explica Mareano, egresado de la carrera de Artes Visuales de la UAQ, especialista en escultura.
En ese viaje aprendieron de litografía, de títeres, de la vida y mucho de autogestión, para poder seguir creando sus proyectos de máscaras, pintura, lo que fuera, dicen. Aunque uno de sus objetivos principales en esa travesía era trabajar murales. “Salimos con esa idea, ¿cómo vamos a juntar dinero? Pintando. Tratar de pintar desde un rotulo para una tienda hasta nosotros tener las ganas de hacer un proyecto más grande”, platica Luis Gerardo. “Lo único que pedíamos era permiso y pintura”, agrega Mareano.
“Tiene una magia pintar en la calle, porque es convivir con la gente, ver el día a día de los lugares que visitamos, porque una cosa es ir como de turista y otra cosa es adentrarse en su día a día, conocer, ver quién pasa, por ejemplo el del pan pasa a cierta hora y el del periódico gritando los anuncios. Estuvo lindo”, relata Luis Gerardo.
Por la pinta de un mural también decidieron volver a Querétaro y establecer, con apoyo de amigos y familiares, su Base Lunar de forma física, involucrando a más creativos, como la antropóloga Alejandra Sánchez Rojas, quien destaca la parte social de su trabajo.
“Base Lunar tiene un carácter social que trata de reivindicar hasta el rincón más austero que pudiese pasar inadvertido para cualquier persona, reivindica su espacio y su forma con una óptica artística y eso se realza más con la intervención, con las máscaras, un mural”, afirma Alejandra.
Trabajan murales, máscaras, serigrafía, escultura, grabado, fotografía, diseño gráfico, diseño web, litografía, encuadernación y hasta títeres.
En cada uno de sus viajes han aprendido algo nuevo y nuevos motivos para crear, han capturado en sus obras experiencias y paisajes que compartirán en Trotamoondos, el nombre de la serie obedece a un juego de palabras, “trotar” hace referencia a sus múltiples viajes y la palabra “moon” es luna, en inglés, y los revela como adoradores de esa mística que guarda la luna.
También incluirán en la exposición Marcatiempos, proyecto de serigrafías en pequeño formato, basado en siete series con los títulos: Perros locos, Bésame mucho, Máquina del tiempo, Retratos, Objetos simples, Mujeres en caja, Paseos a la Luna.
Trotamoondos, Fragmentos de una bitácora personal se inaugura el viernes 11 de noviembre, 19:30 horas, en el Centro de Arte Bernardo Quintana de la Universidad Autónoma de Querétaro. Y prometen con esta exposición un viaje a la luna sin combustible, pura imaginación.