Con el permiso de los habitantes de Tepito, el actor principal de la serie Crónica de Castas, Harold Torres, asitió a un rosario que cada mes se organiza a "La Santa Muerte" en el barrio más bravo de México, además de ser parte del equipo de fútbol de travestis Las Gardenias y anotar dos goles.
"Para entrar a Tepito, primero hay que pedir permiso", afirmó Daniel Giménez Cacho, director de la serie que se estrena el próximo 11 de abril por Canal 11 del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Además de los 800 extras que participan, varios tepiteños serán los actores principales en algunos de los nueve capítulos que conforman el proyecto.
"Uno de los los protagonistas importantes es el barrio, incluso dos capítulos están protagonizada por la gente del barrio, además de aparecer de extras y otra mucha gente que nos ayudó", informó el actor.
Harold Torres y Naian González Norvind participan en esta historia que tiene como protagonista a Lucía, una adolescente que huye de un hogar con violencia y se refugia en Tepito. El reparto se complementa con las actuaciones de Pilar Bardem, Ángela Molina, Tenoch Huerta y Alfredo Herrera.
Originalmente se filmarían 20 capítulos, que fueron reducidos a nueve partes con una duracón de 50 minutos. El argumento de la televisora fue el presupuesto.
Para el procutor era importante que la gente que aparece en la serie fuera y hablara como lo hace en su vida diaria.
"Hubo que pelear (con la televisora), pero las obtuvimos, y la serie se va a estrenar como nosotros quisimos, iban a ser más capítulos y bueno, no se pudo concretar, pero estamos contentos como quedó", explicó. "Incluso, tenemos varias escenas que ocurren durante eventos que suceden en el barrio".
Safari teatral en Tepito
Giménez Cacho también produce Safari en Tepito, obra donde actores y tepiteños interactúan. "Pensamos que mucha de la criminalización del barrio es por la ignorancia, pensamos en la manera de quitarnos esas fronteras", explicó.
En este montaje experimental, Lourdes Ruiz, la llamada “Reina del albur”, es una de las estrellas. Durante marzo y parte de abril, la mujer alterna sus negocio de ropa con la actuación.
"Hay que añadir que la sociedad mexicana es extremadamente clasista, y ésta (el teatro y la televisión) es una manera de ir al encuentro con la gente, es reconocer lo humano y nos damos cuenta que no solos tan diferentes", agregó.
Para Safari en Tepito se toman todas las precauciones posibles, pero la aventura no está exenta de peligros. Se camina por las calles y se visitan las casas de los habitantes narran sus recuerdos, aventuras y cosas de su propia vida.
A este modo de crear obras se llama “Wijsafari” y la idea es llevar el arte a la calles. El concepto fue desarrollado por la actriz holandesa Adelheid Rossen en el barrio musulmán de Slotermeer, en Ámsterdam, entre el 2011 y 2012. "Es como teatro documental, quizás se le puede llamar", aclara el actor.
DG: No te creas, también hay de expresión actoral que es muy interesante, pues al poner a interactuar a un actor profesional con alguien que no lo es, para el actor es un reto enorme, porque todo es tal cual.
DG: A mí siempre me gustó el Centro, pero siempre me gustó mucho La Lagunilla, yo encuentro ahí una fuerte identidad de lo mexicano, un corazón importante de México, y siempre me sentí muy atraído. Siempre me han llamado la atención las personalidades tan marcadas, tan originales, hay unos márgenes de libertad que permiten salirte de estereotipos; si tú vas a la Condesa la gente se parece más entre sí, hasta de moda y de ropas, y es muy orgullosa de lo que es.
DG: Hay violencia y venta de drogas, pero si lo comparamos con el resto del país es poco, no obstante es un pequeño porcentaje de la gente la que se dedica a eso, la mayoría es comerciante.