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Aunque el cumpleaños de Superman se celebra hasta junio, esta semana sale de la rotativa de DC Comics el número 1,000 de la publicación Action Comics, que llevó por primera vez a las manos de los lectores al superhéroe del traje azul y capa roja, también conocido como “El hombre de acero”.
Este personaje de las historietas fue el que cambió el formato de los héroes de las tiras cómicas, a partir de la década de los años 30 y al día de hoy cumple 80 años, sin embargo, luce más jovial que la primera vez que fue publicado en junio de 1938.
Para conmemorar el 80 aniversario de este icónico personaje, la editorial DC lanzó una edición de lujo; se trata de un libro de tapa dura que presenta ensayos de escritores reconocidos como Jules Feiffer, Tom De Haven, Marv Wolfman, David Hajdu, Paul Levitz; además de un texto de Laura Siegel, hija de Jerry Siegel, cocreador junto con Joe Shuster del hombre de acero, y quien actualmente dedica tiempo a un documental sobre las aventuras de su padre para crear al superhéroe.
Y aunque las dos publicaciones (el conmemorativo de tapa dura y la edición de portadas variantes) son significativamente importantes para el festejo, en cuanto a impacto no alcanzara la popularidad del número 75 de la publicación “Superman”, lanzada en enero de 1993, donde el personaje conocido como Doomsday matara al último kriptoniano.
La década de los 90 del siglo pasado es poderosamente importante para la industria de los cómics que se encontraba en una crisis. “La muerte de Superman” reactivó a toda la industria y generó nuevas editoriales como Image cómics, Vértigo e incluso independientes como Dark Horse.
No solamente “El hombre de acero” tuvo un reinicio que le permitió acceder a nuevas audiencias, seguidores y una generación ávida de reencontrar historias más complejas y mejor elaboradas, literariamente hablando.
En ese mismo año, 1993 y luego de “La muerte de Superman”, cuatro meses después, a Batman —en el arco narrativo de la Caída del Caballero (KnightFall)— el personaje Bane, extraído de la novela gráfica “Batman: Vengance of Bane” (enero 1993) le quebraría la espalda. Mientras que otro personaje, Azrael, quien nacería de la novela “Batman: Sword of Azrael” (1992) tomaría su lugar como el vigilante de Gotham.
Desde la publicación “Crisis en tierras infinitas”, de 1985, la industria no había encontrado arcos argumentales que apuntalaran tan popularmente los cómics como estas nuevas series. Este reinicio sirvió además para la inclusión de nuevos dibujantes, guionistas y propuestas visuales para una audiencia mucho más exigente.
Por ejemplo, la marca Vértigo —una subdivisión de DC Cómics— fue lanzada para lectores adultos, en donde escritores como Neil Gaiman y artistas como Dave MacKean o Chris Bachalo, marcarían la agenda de cómics para lectores maduros.
A los 80 años, Superman pareciera tan joven como cuando levantó por primera vez un mueble en la página uno del conocido cómic o rescató por primera vez a Lois Lane, quien había sido secuestrada por un trío de malhechores de poca monta.
Curiosamente después del número 1 de Action Comics, y como los editores no sabían cómo recibiría el público al superhéroe, éste no aparecería en portada, sino hasta el número siete.
Los autores habían desaparecido en la década de los 50 después de su éxito editorial y permanecieron en un periodo de olvido de la memoria colectiva, hasta que el editor Dennis O’Neil los rescató para firmar un convenio en el que cualquier publicación o mención del superhéroe, debía estar acompañada por la frase “Superman creado por Jerry Siegel y Joe Shuster”, lo que les posibilitó una pensión para su edad madura, además de entrar en los circuitos de convenciones donde el contacto con su público, les permitió darse cuenta del impacto de su creación.
