Museos de historia, ciencia o de técnica; de arte, al aire libre, en castillos y palacios o especiales.... con más de seis mil establecimientos de esta naturaleza, Alemania es uno de los centros del arte en Europa.
El país europeo cuenta con museos a lo largo y ancho de todo su territorio, aunque son dos ciudades conforman los principales ejes que agrupan la actividad creativa: la capital del país, Berlín, y la de Baviera, Múnich.
En esas dos ciudades cuentan con un área específica que concentra la actividad creativa y expositiva: la Isla de los Museos (Museuminsel) en Berlín y el distrito artístico (Kunstareal) de Múnich.
La Museuminsel berlinesa es, como su nombre indica, una isla de arte en medio del río Spree que recorre la ciudad: ocupa la parte norte de la Spreeinsel (isla del Spree) y ya en 1841 el rey Federico Guillermo IV de Prusia dedicó el área residencial que allí se encontraba al arte y a la ciencia.
Los posteriores reyes prusianos fueron congregando allí sus colecciones de arte y arqueología, que fueron agrupadas antes de quedar separadas durante la Guerra Fría y la división de Berlín, para volver a juntarse después de la reunificación.
Las colecciones agrupadas en esta isla berlinesa permiten una visión de conjunto del arte europeo desde la Antigüedad hasta el siglo XIX, expuesta además en edificios muy significativos de la historia museística bajo la presencia de la catedral de la ciudad, lo que llevó a la Museumsinsel a convertirse en Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1999.
El primero de los museos fue el Altes Museum o Museo antiguo de Berlín, construido entre 1823 y 1830 según los planos del arquitecto prusiano Karl Friedrich Schinkel y destinado a albergar los cuadros de los castillos de Berlín, Postdam, Charlottenburg y dos colecciones privadas.
Este museo fue la primera sede de la colección prusiana de antiguüedades de Federico Guillermo III, que vuelve a exhibirse en parte en la actualidad. Alberga una espectacular colección de joyas, aunque su punto fuerte es el arte y las ánforas de la antigua Grecia.
En el centro del museo hay una rotonda sostenida por 20 columnas corintias.
Su contrapunto es el Neues Museum o Museo Nuevo, terminado en 1859 conforme a los planes del mismo arquitecto, que quedó casi totalmente destruido durante la Segunda Guerra Mundial y que fue reconstruido hasta 2009 por el arquitecto David Chipperfield, por lo que permaneció cerrado casi 60 años.
El propio edificio narra su historia, combinando lo contemporáneo con la decoración antigua de las salas.
El centro alberga colecciones de arte nórdico y nacional, entre otras, así como de arte egipcio y prehistórico, entre ellas el famosísimo busto de Nefertiti y otros objetivos del Período de Amarna, así como piezas de la antigüedad clásica o las copias del tesoro de Príamo halladas en la antigua Troya.
Pero quizá el más impresionante de los museos de arte antiguo es el Museo de Pérgamo, terminado en 1930, el último construido en la isla pero el más frecuentado.
Recibe a los visitantes con un viaje al tiempo que abarca seis mil años, y con edificios de tamaño original antiguos como el altar de Pérgamo, la puerta de Ishtar de Babilonia o la del mercado de Mileto, con partes de las excavaciones originarias y después reconstruidos en Berlín.
También tiene una de las colecciones más impresionantes de piezas de arte islámico y de Oriente Próximo.
Arte antiguo, con colecciones de la tardo-antigüedad y bizantinas tiene también el Museo Bode, originalmente conocido como el Museo del Kaiser Federico, reconocible por su cúpula de marrón cobrizo, reconstruido en las últimas décadas.
Pero quizá la mayor colección de la Museuminsel de Berlín es la que alberga la Alte Nacionalgalerie o Galería Nacional Antigua, una de las mayores colecciones de de escultura y pintura del siglo XIX que existe en Alemania creada a raíz de un movimiento de artistas patriotas que en 1848 exigió la fundación de un museo dedicado al arte alemán.
El museo tiene fondos importantísimos del realismo, impresionismo y el romanticismo artístico, con piezas de Menzel Liebermann, Mone, Cezanne, Renoir y Manet o los escultores Schadow y Rodin, entre sus hits.El edificio también quedó destruido durante la guerra y no fue reabierto hasta 2001.
Aunque quizá el fondo más importante de pintura en Alemania lo acoge la Gemäldegalerie, también conocido como La Pinacoteca, dedicada a la pintura europea de los siglos XIII al XVIII, que reunificó su colección desde 1997.
En nada menos que 72 salas con una superficie total de 7.000 metros cuadrados, acoge obras clave de maestros como Van Eyck, Bruegel, Durero, Rafael, Ticiano, Caravaggio, Rubens, Rembrandt y Vermeer entre muchos otros.
Entre los destacados del siglo XVII están Canaletto, Watteau y Gainsborough.
En Múnich, el equivalente a la isla de los museos berlinesa en el distrito de arte o Kunstareal, situado en el centro de la ciudad, que concentra las principales salas expositivas: las tres pinacotecas de Múnich, que acogen obras que datan desde la época antigua hasta la contemporánea, que alternan con exposiciones temporales.
La Alte Pinakothek o Pinacotea Antigua reúne una de las principales colecciones de artistas como Rembrandt, Durero, Rubens y Rápale, mientras la Nueva Pinacoteca centra su colección en la pintura alemana del siglo XIX, además de esculturas y pinturas europeas que van desde la mitad del siglo XVIII hasta comienzos del XX.
Ambas se complementan con la Pinacoteca de Arte Moderno (Pinakothek der Moderne) , que alberga una colección de arte contemporáneo importante. La zona se completa con la Glyptoghek, que acoge arte griego antiguo y el Museo de Antiguedades. Para el arte moderno, la elección es la conocida como Lenbachhaus.
El presidente de la Asociación de Museos alemes, Volker Rodekampf, dijo que ve los museos en continuo cambio. "Deben reinventarse una y otra vez y demostrar que la sociedad los necesita".