Así como el Ejército y la policía tienen sus operativos ante el crimen organizado, también los promotores culturales deberían tener los suyos contra la violencia, dijo a EL UNIVERSAL Querétaro, el titular de Cultura de Michoacán, Marco Antonio Aguilera Cortés.
“Si allá a Michoacán el Ejército, la Marina, y todas las fuerzas armadas, llegan con plan de urgencia, en Cultura debemos tener también nuestros operativos de emergentes”, pidió el titular cultural.
En Michoacán existen 113 municipios y los promotores de Cultura corren los mismos riesgos que cualquier ciudadano de pie. Sin embargo, señaló el funcionario, “en todos es posible entrar y salir, simplemente no hay que entrar tirando balazos”.
“No avisamos (cuando van a una comunidad), no tenemos por qué avisar, en el país existe el derecho al libre tránsito, pero sí nos ha tocado que llegan camionetas con jovencitos bien armados, nos detengan y nos pregunten quiénes somos, les decimos y nos dejan ir”, agregó el secretario Aguilera Cortés.
El funcionario cultural explicó que en Michoacán el proyecto importante “es levantar la calidad de vida de la gente, para que todo mundo respete valores fundamentales como la propia existencia”.
El presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, solicitó a los titulares de los 31 estados del país, reunidos en Querétaro, el mes pasado, que la cultura en México funcione como una vacuna contra la violencia y que tenga un marcado sentido social.
Si bien la violencia y la pobreza no son un problema local ni focalizado, existe en todo el país, sin embargo, son los estados fronterizos los que más sufren el flagelo.
Pero no es suficiente con llevarles cultura a los mexicanos en las zonas más conflictivas, ya sea por la violencia o por la pobreza, dijo la secretaria de Cultura de Coahuila, Ana Sofía García Camil. En México “se empataron marginación y violencia”, explicó la funcionaria.
La estrategia nacional de cultura, dijo García Camil, debe ser integral, “nosotros somos un punto más en la que podemos ayudar a disminuir la violencia”.
En Coahuila se han detectado ocho polígonos de violencia y marginación: tres en Torreón, uno en Matamoros y cuatro en Saltillo. En esos lugares, dijo García Camil, no entran los promotores culturales, pero tampoco la policía.
El aliciente para esta promotora cultural es que “son los padres de familia los que nos piden que hagamos acción cultural, para que sus niños, sus jóvenes no se vean atraídos por la violencia”.
“La sociedad está dolida”, sentenció por su parte el director del Instituto de Cultura de Durango, Rubén Ontiveros Rentería.
“Pero hay una violencia adicional que no hemos dimensionado, los niños que están viviendo esto van a ser adultos y jóvenes con problemas serios”, agregó.
En Durango, precisó Ontiveros Rentería, el punto con mayor con riesgo es la zona lagunera que hace frontera con Coahuila.
Frente a la urgencia y la gravedad de los hechos, el primer paso, indicó, es “no esconder el tema y discutirlo con la comunidad”.
El funcionario explicó también que la cultura no debe ser entendida como entretenimiento, sino como identidad, búsqueda y protección del patrimonio, “pero fundamentalmente este diálogo de confianza de los ciudadanos para vivir”.
El caso de Guerrero, entre otros
Actualmente, la Secretaría de Cultura de Guerrero, dependencia a cargo de Manuel Zepeda Mata, utiliza la educación musical como estrategia de prevención del delito. A la fecha se han formado cinco filarmónicas infantiles y juveniles, y la idea es tener una agrupación musical en los 81 municipios del estado, entre ellos, Cochoapa el Grande, considerado en algún momento como el municipio más pobre de México y América Latina.
El proyecto está diseñado para que cada región trabaje en su propia cultura musical, “si en la Costa Chica está muy influenciado por la negritud, hay mucha percusión, pues vamos a crear agrupaciones de percusiones”, precisó.
A los niños pobres de Guerrero se les invita a aprender de música, pero también de pintura, de teatro y de distintas artes “para que vean el lado bueno de la vida y no crean que todo es malo”, comentó el secretario Zepeda Mata.
Además, otro proyecto cultural grande en Guerrero es la creación de una fonoteca estatal y un centro estatal de las artes.
El funcionario señaló a los municipios de La unión y Coahuayutla, en la frontera con Michoacán, como zonas de riesgo. En esos municipios, “sí hay que tener sus reservas, hay que saber las horas, conocer los vehículos, mantenerse de bajo perfil. Nada que ningún otro ciudadano no deba hacer, como ir acompañado, avisar a las autoridades municipales que va uno a recorrer el camino, son precauciones que se deben tomar en todo el país”, aclaró.
La violencia en Sinaloa es una realidad y “no la queremos esconder”, comentó la directora del Instituto Sinaloense de Cultura, María Luisa Miranda Monrreal.
En este estado son cuatro los polígonos de violencia y marginalidad: Ahome, Culiacán, Mocorito y Mazatlán. En la actualidad, 386 comunidades son atendidas dentro del programa de Desarrollo Cultural Comunitario y en dos años y medio se han construido cinco de 10 centros culturales en estas localidades donde se padecen grandes carencias.
Todas las actividades programadas en esta entidad, abatida por el crimen organizado, tienen un marcado sentido social, sin perder “el punto de vista estético, que por supuesto es el primordial”, indicó Miranda Monrreal.
“Estamos trabajando para abatir esas problemáticas y para rehabilitar el tejido social y darle expectativas a una sociedad que está debilitada, dañada y ultrajada”, agregó.