Después de “X-Men: Días del futuro pasado” (2014), el director Bryan Singer se hace presente en la cartelera con “X-Men Apocalipsis” y con 2600 copias nada más, para que no digan que quiere acaparar la cartelera.
En esta capítulo de la saga los X-Men luchan contra el primer y más poderoso mutante, Apocalypse (Óscar Isaac) y la cosa se vuelve a complicar para la familia del profesor Charles Xavier (James McAvoy).
La cosa está de este modo, más o menos: en 1983 el invencible e inmortal Apocalypse es liberado después de haber estado sepultado durante varios milenios, para ser más preciso, en los tiempos del antiguo Egipto.
Entumido por tanto tiempo congelado y furioso porque los de su especie ya no son tratados como dioses, y porque además le hablan de “tú”, como empleado de Starbucks, Apocalypse quiere destruir el mundo y busca a Magneto, el personaje, no el grupo, aclaro.
Lo que no se explica bien en su genial plan es cómo hará Apocalypse para gobernar un planeta con unos cuantos mutantes, porque la idea es matar a todos los humanos y mutantes de poca monta. ¿Sería como el rey de los perros callejeros y sin dueños? Ese es otro dilema.
Ante la amenaza del fin del mundo, Raven (Jennifer Lawrence) y el Profesor Xavier arman un equipo de rescate con lo que tiene a la mano, puros novatos, primerizos en el oficio de enfrentar mega villanos.
La novedad en esta película es, obvio, el personaje de Apocalypse, pero tiene un problema. Óscar Isaac tiene cara de niño bueno y es difícil verlo como un malo, pero muy malo.
Además, será muy complicado que un anti héroe pueda superar a Ian Mckellen, el primer Magneto, antes de resucitar como Michael Fassbender, otro malo con apariencia de galán de calendario de gym. Además, que no es casi nula la aparición de Wolverine (Hugh Jackman), como que le quita intensidad a la saga.
Bryan Singer es considerado el padre fílmico de los personajes, desde X -Men (2000), para muchos reinventó el género de las tiras cómicas.
Continuó con X-Men 2 (2003) y en 2006, presentó la tercera parte (La batalla final); en 2009 se hace la presentación estelar de Wolverine (además de su secuela en 2013) y en 2011 el equipo X se renueva (X-Men Primera generación). O sea que esto de los X-Men tiene rato y va para largo.
“Nos enfrentamos ante un auténtico reto al momento de crear una historia que superara X-Men Días del Futuro pasado, en cuanto a escala y riesgos”, dice el escritor-productor Simon Kinberg en las notas de producción. Ese es otro dilema más de los nuevos X-Men.