En la galería Libertad, en pleno corazón de Querétaro, se lleva a cabo un doble homenaje: a la veterana cantante de boleros, Marilú, la llamada Muñequita que canta y al caricaturista David Carrillo.

A partir del 18 de junio y hasta que termine el mes, en esta galería se exhibirán caricaturas de Carrillo y el día de la inauguración, por lo menos, La Muñequita cantó boleros en vivo.

La muestra en la Galería Libertad es en realidad un homenaje a una pareja de enamorados, casi nonagenarios, que se quieren “como chamacos”.

“A él no le gusta presumir, pero yo presumo por él”, dice Marilú cuando habla del talento de su marido.

La cantante contó de cómo Carillo salió del periódico Ovaciones, de la ciudad de México “porque no lo respetaban” y de cómo Carrillo defendió a sus colegas en materia de derechos de autor.

Porque en sus tiempos, nadie respetaba el trabajo de un caricaturista. “Yo llegué a rescatar un retrato del Chango Cabral de la basura, después de una exposición”, recuerda el artista.

Marilú habla por los dos, y dice que su marido criticó la pobreza y que es bien “buenazo” y su marido sólo pone cara de “Vieja, por favor, no me avergüences”.

Carrillo, por su parte, recuerda cómo empezó a dibujar: “Mis tías estaban casadas con dibujantes y yo siempre los veía trabajar, hasta que un día me aventaron un lápiz y me dijeron: ¡a ver qué puede hacer!”.

Dijo el “monero” que nunca tuvo problema con los presidentes, ni con nadie, “porque siempre busqué la manera de decir las cosas”.

En la conferencia de prensa, con un par de reporteros, se presumió la caricatura le hizo a Salvador Novo, una de sus preferidas y clásicas.

Pero a Marilú y a sus hijas, les gusta una caricatura de “El cinturón”, donde aparece un pobre mexicano al que le dicen que debido a la crisis se tiene que ajustar más el cinturón “¡¿Más?!”, dice el mono pintado, partido por la mitad. Esa caricatura, reconoció el autor, está tristemente vigente.

Marilú, cantante de 87 años, dijo estar feliz porque la acepten, “a esta edad”, y que lo de cantar, ya era lo de menos. Que ella sí sabe cantar, gracias a un maestro de canto que tuvo y no le cobró y que lo de Muñequita que canta era una vacilada, de un locutor que las presentaba, a ella y a otra artista, como “La muñequita que canta, La muñequita que baila y este Rorro que anuncia”, y desde entonces.

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