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Eva Patricia Barba Reynoso dirige el centro Gigi’s Playhouse México y como muchas otras madres, ha encontrado en este lugar la opción para ver crecer a su pequeña con Síndrome de Down, quien actualmente tiene cinco años de edad y gracias a que ha contado con estimulación desde su nacimiento, acude a un kínder regular.
“El primer proceso es lograr que los papis acepten el diagnóstico y entonces quieran superarlo, porque si no aceptas primero tu realidad, no podrás trabajar sobre ella”, asegura Barba Reynoso, que aclara que este centro no es una escuela, sino un lugar donde se llevan a cabo actividades para potencializar su desarrollo.
“Buscamos apoyarlos para que se regularicen, tengan un trabajo y después puedan incorporarse en la sociedad. No todos lo logran sobre todo por historia, situación económica, falta de recursos o de información”, puntualiza.
Gigi’s Playhouse cuenta con programas o clases que apoyan la estimulación de los pequeños y les cambian la vida, ya que al recibir atención desde el nacimiento, el retraso que se presenta, con respecto a un niño sin Síndrome de Down, puede ser de tan sólo tres o seis meses, tomando en cuenta que de cero a seis años es el tiempo en el que pueden alcanzar un mayor avance.
Este centro cuenta con zonas amplias y coloridas en las que pueden encontrarse juguetes como cocinitas y casitas en tamaño mini, además de un salón de juegos con simpáticas figuras sobre las paredes.
“Esa en la intención y precisamente por eso se llama ‘la casa de juego de Gigi’, muchos niños ya fueron a la escuela por la mañana o a un CAM (Centros de Atención Múltiple, ofrecidos por el gobierno), entonces la idea es que vengan a jugar con sus amigos y al mismo tiempo, estén desarrollando habilidades como motricidad fina o tolerancia a la frustración, para esperar su turno. Tenemos un plan, pero para nosotros es que vengan una tarde con sus amigos a crecer y trabajar juntos”, destaca.
Casos de éxito
El objetivo de este centro es lograr que los pequeños crezcan con el menor desfase posible, además de una integración óptima a la sociedad y a lo largo de estos años, ya se han tenido casos ejemplares.
Uno de los chicos que asistía a Gigi’s dejó de hacerlo, ya que entre su empleo en Cinépolis Antea y sus clases de natación, le ha sido imposible regresar. “Llega aquí y con una gran satisfacción dice que ahora invita a comer a su mamá y él paga”, relata Eva Patricia.
Asimismo un estudiante de la secundaria Harvest asistió a este centro de desarrollo; actualmente practica karate y ya es cinta negra, además de que toca la guitarra.
“A nivel laboral de vez en cuando también ves a alguien (con Síndrome de Down), pero es poco, entonces el mensaje que quiero compartir es abrir las puertas y abrirse a la experiencia de crecer junto con ellos”, dice la directora del centro, que practica con el ejemplo, ya que asegura, una de las voluntarias es una chica con esta condición y debido a una de sus características —son muy metódicos— es de las mejores masajistas para los bebés.
El inicio
Gigi’s Playhouse nació en Chicago, Estados Unidos, gracias a la mamá de Gigi, quien inició este centro para personas con Síndrome de Down, para potenciar a los asistentes a su máximo nivel, así como crear redes que unan a las familias para apoyarse mutuamente.
La presidenta del patronato contactó a esta organización con la intención de abrir una sucursal en México, luego la guiaron junto a un grupo de mamás con quienes empezó hace cuatro años y medio.
Actualmente, el centro cuenta con 17 programas y brindan atención a todas las edades. Para contribuir se puede donar en moneda o bien, en especie (tiempo), ya que es importante destacar que no hay costo para quienes asisten, además de que la fuerza es sostenida por el voluntariado.
Por niveles
Al llegar a Gigi’s Playhouse, los padres llenan un cuestionario para hallar y definir los programas que serán tomados por sus hijos, entre los cuales están:
-Programas terapeúticos. Las personas con Síndrome de Down padecen hipotonía, es decir, falta de tono muscular, y es por eso que desde recién nacidos necesitan terapia física para fortalecerse, a fin de poder gatear, sentarse y caminar, en el menor desfase posible con respecto a un niño típico.
- Brinco, salto y corro. Es la siguiente fase de la terapia, en la que aprenden a brincar y muchas otras cosas, ya que pueden hacer todo, pero se les debe enseñar. No aprenden por imitación.
-Terapias del lenguaje. La cavidad oral está compuesta por músculos y estos también deben fortalecerse para masticar y hablar bien.
-Programas educacionales como matemáticas y lecto escritura, se requieren para su regularización y futura independencia.
Programas complementarios como taekowndo, baile, cocina, pasos gigantes y gimnasia rítmica. Los chicos acuden a divertirse, pero cada programa tiene una planeación y un objetivo con diferentes facultades y habilidades a trabajar.
Para conocer más...
Se comenzó con los hijos de 10 mamás y en cuatro años y medio, ha crecido a 100.
La organización está dada de alta como una Institución de Asistencia Privada y otorga recibos deducibles de impuestos a los donadores.
Algunas de las características de estos chicos es que son muy metódicos, visuales y sumamente sensibles; perciben el amor, pero también el rechazo.
Actualmente aún hay familias que ocultan a los niños con Síndrome de Down sin entender que pueden desarrollarse de una manera plena en la sociedad.
Hoy se celebra el Día Mundial del Síndrome de Down porque esta condición está definida genéticamente por 3 cromosoma 21, lo que es igual al 21 de marzo.