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Marcela Herbert, ejemplo de éxito

Marcela Herbert, ejemplo de éxito
22/02/2014 |02:02
Redacción Querétaro
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Marcela Herbert cursó la carrera de arquitectura en la universidad La Salle, en la Ciudad de México. Después, se mudó a Nueva York, donde estudió pintura y dibujo en The Art Students League y en la Greenwich Art Society. Al regresar a México, tomó el diplomado de Historia del Arte en el Museo de Arte Contemporáneo (MARCO) de Monterrey.

De regreso en Querétaro, tomó cursos con reconocidos artistas como Santiago Carbonell y Víctor Cauduro, para más tarde obtener la licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad Autónoma de Querétaro. Actualmente, Herbert se encuentra al frente del Museo de Arte, recinto que data del siglo XVIII, emblemático de la ciudad.

En entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro, la arquitecta mexicana habla sobre su trabajo.

Como arquitecta, ¿cuál sería el edificio de Querétaro que te hubiera gustado construir?

Definitivamente, éste (el Museo de Arte). Es un edificio que cuenta con mucha iconografía importante; que incluso tiene un mensaje debido a toda la parte espiritual relacionada con San Agustín y sus libros. Además está construido de cantera queretana.

Creo que para los artistas y artesanos de ese tiempo, los retos eran muy grandes porque no contaban con la tecnología como la que hoy existe. Por eso es increíble que se haya logrado algo de esta magnitud.

¿Qué pintor, además de tus maestros queretanos, te ha marcado como artista?

Jordi Boldó fue, de alguna manera, el culpable de que yo me decidiera a entrar a la carrera en la Facultad de Bellas Artes, era mi maestro de producción de pintura; sin embargo me instruyó aún más en el aspecto de la disciplina, del compromiso que uno adquiere con ésta.

Pero también, por supuesto, están los grandes artistas que ha dado el mundo, como Miguel Ángel que es uno de mis favoritos, Van Gogh, Turner o Rembrandt. Y por el lado de los mexicanos, Tamayo o Toledo. De todos he tomado algo.

¿Actualmente cómo ves el arte mexicano frente al internacional?

Creo que tenemos mucho talento y creatividad, tanto en la técnica como en las temáticas. Somos un pueblo con mucha alegría y mucho colorido, todo ello reflejado en nuestro arte. Lo que nos falta es la difusión a lo propio.

En tu gestión en el museo, ¿cuál ha sido la reacción en el público que más te ha sorprendido?

En la exposición interactiva “Sensaciones compartidas”, en el marco de nuestro 25 aniversario, un artista se acercó y me dijo: “La gente está feliz con esta inauguración”. Fue una frase que me conmovió; fue motivadora, ya que aquí se trabaja en pro de que el arte sea incluyente.

Haciendo alusión al nombre de tu última exposición, ¿cuál es el mejor mapa en tu vida?

El mejor mapa es mi pasado; todo el camino por el que he transcurrido, que me ha llevado a diferentes lugares donde me he enriquecido como persona y como artista, porque voy tomando oportunidades que la vida me va dando, para así formar mi presente.

¿Cuáles son tus planes a corto, mediano y largo plazo?

Mis planes a corto plazo son aquí, en el Museo, seguir dando mayor accesibilidad a las personas y continuar trayendo propuestas que enriquezcan a nuestros visitantes. Como persona y como artista, sigo participando en concursos a nivel nacional. A mediano plazo, me encantaría ir a Japón a aprender las técnicas con tinta china y estudiar una maestría.

A largo plazo, siempre he tenido la intención de tener una escuela de arte, donde sería fabuloso darle clases a todo el que quiera, entre ellos discapacitados.

¿Tienes una nueva exposición en puerta?

Desde hace dos años trabajo en un nuevo proyecto basado en troncos. Y otra más que inicié, donde hablo de lo femenino.

¿Cuáles son tus hobbies?

La lectura, la jardinería, el cine de arte. También me gusta bailar.

¿Cómo te definirías a ti misma?

Las tres palabras que me definen son: mujer, organizada y feliz.