“Los Ponchos” se ha convertido en uno de los restaurantes más visitados en la ciudad, al ser un lugar tradicional y familiar que ofrece una gran variedad de platillos mexicanos como cabrito, barbacoa, menudo y consomé, que pueden degustarse acompañados de tortillas, las clásicas guarniciones de cebolla y cilantro, además de una gran variedad de salsas.
Al entrar a este recinto, la gente se sumerge en un lugar aparentemente alejado de la ciudad, ya que entre vegetación, flores y una atmósfera tranquila, se combina la calidez del trato a los comensales.
Quienes deciden vivir este viaje culinario, empiezan incluso desde la vista, ya que puede apreciarse la manera ancestral en la que se cocina el platillo estelar de la casa: la barbacoa.
Y por si fuera poco, todos los días cuentan con servicio de buffete de 8:30 de la mañana a 12:30 de la tarde, y además, todos los sábados y domingos hay música en vivo.
Los visitantes son recibidos con un trato amable, ya que el personal acude hasta su mesa para ordenar y explicar el concepto del lugar.
“Procuramos que el trato con el cliente sea lo más cordial posible, que nosotros los recibamos, platiquemos un momento con ellos y le podamos ofrecer la gran variedad de nuestros alimentos para que ellos regresen”, expresó Manuela Sáenz, quien actualmente está a cargo de este restaurante.
La historia de este lugar se remonta a 1983, cuando Alfonso Martínez, acompañado de su esposa Manuela, se establecieron en Querétaro e iniciaron este negocio en el municipio de Corregidora, donde desde el principio reflejaban su pasión, amor y gusto por la gastronomía hidalguense, de donde son originarios.
“Iniciamos con el restaurante en el estado de Hidalgo, ahí estuvimos 10 años, después decidimos mudarnos a la ciudad de Querétaro y llegamos desde hace 35 años porque nuestros hijos mayores estaban estudiando aquí”, comentó Sáenz.
En un inicio, su local estaba ubicado a escasos metros de donde se encuentra ahora— Paseo constituyentes #1634— y los alimentos que se ofrecían era barbacoa, además del consomé y otros deliciosos entremeses.
“Comenzamos con la tradicional comida de nuestro estado, que es la barbacoa y complementábamos con otras entradas como gorditas, quesadillas, menudo y sangrita. Después incorporamos mole, arroz y otros guisos a la carta”, recordó Manuela.
Luego de algunos años de haber emprendido este negocio Alfonso Martínez falleció, pero Manuela continuó con este legado, de la mano de sus cinco hijos, quienes siempre están al pendiente de cada detalle. “Mi esposo decía ‘los espera siempre su amigo Poncho’ y cuando despedía a los clientes con una sonrisa les decía ‘mis futuros clientes’ y vaya que sí. Nosotros hemos tratado de mantenerlo y que siga adelante como cuando él estaba”, concluyó.