Hace cuatro años, el pianista Rodolfo Ritter recibió una carta de un músico italiano en la que le contaba que lo había visto en YouTube tocando el Concierto para Piano y Orquesta del compositor mexicano Ricardo Castro; quería más información sobre la obra, la partitura y la grabación.

No existía ninguna grabación y la partitura presentaba problemas. El vacío sobre uno de los compositores mexicanos más importantes de finales del siglo XIX y principios del siglo XX motivaron a Rodolfo Ritter a crear la Antología de Música Mexicana para Piano y Sinfonía, que consiste en rescatar y grabar obras de compositores nacionales prácticamente desconocidos en el país, como Arnulfo Miramontes, Paulino Paredes, José Pomar, José Rolón, Julián Carrillo, José F. Vásquez, entre otros.

La Antología contempla la grabación de 25 discos, el primer volumen —lanzado el año pasado— está dedicado a la obra de Manuel M. Ponce y va por la tercera reimpresión con el sello Sterling que, de acuerdo con el crítico musical Luis Pérez Santoja, es “de primera”. “Se caracteriza por tener un repertorio absolutamente desconocido o raro, por eso es una marca muy valiosa con distribución internacional”.

Además tuvo una positiva recepción en publicaciones especializadas como Gramophone. Ahora, Rodolfo Ritter lanza el segundo volumen dedicado a Ricardo Castro.

La Antología es un proyecto independiente que ha tenido una serie de dificultades económicas porque no cuenta con apoyo institucional, además la primera orquesta con la que iban a participar al final declinó la invitación. Sin embargo, la construcción del proyecto, dice Lhú Cortés, directora de Novo Forte Cultura, una de las productoras de los discos, también ha significado la suma de voluntades porque contaron con el apoyo “incondicional” de la Sinfónica de San Luis Potosí y de su director, José Miramontes Zapata, así como de Ángel Ramírez, representante en México de Sterling.

Para Luis Pérez Santoja, la producción de estos materiales representan un “suceso histórico”.

“Hay esfuerzos importantes de grabación de obras como el de Edison Quintana, quien grabó la obra de Manuel de Elías y las obras para piano de Rodolfo Halffter, pero si sólo tomamos en cuenta proyectos monumentales, titánicos, lo que está haciendo Ritter es comparable con lo que hizo María Teresa Rodríguez con la obra de Carlos Chávez”, explica el especialista.

En las notas del disco de Ricardo Castro, José María Álvarez, fundador de Música en Red Mayor, indica los motivos por los que los compositores nacionales se empolvaron tras la Revolución Mexicana, porque se instauró un repudio total a los logros del Porfiriato y se envió a “las tinieblas a la producción artística mexicana”.

“Muchas obras están totalmente perdidas y sólo sabemos de ella gracias al rescate de los textos de la época. Y es así que la gloria del romántico postrero del Porfiriato, Ricardo Castro, aquel que fue recibido en su patria como un auténtico héroe después de su exitosa estancia europea, se esfumó casi de inmediato”, dice.

Obras maestras. Rodolfo Ritter explica que la selección de obras se realiza a partir de un sólo criterio: que en términos musicales tengan un alto valor. “Todas las obras son importantes por su valor histórico, pero nos interesan las obras maestras, queremos que la Antología represente a lo mejor del México del periodo prerevolucionario. En el caso de Ponce nos interesó, además, que fueran piezas prácticamente inéditas; por ejemplo, poca gente sabe que él hizo la música para el estreno de La verdad sospechosa en el Palacio de Bellas Artes y ahora la vamos a grabar para que sea parte de la Antología”.

Y añade: “En el caso de Castro nos interesaba que dar a conocer que fue un compositor pionero, rescatar la obra de un músico enorme, pese a que ahora se le recuerda como un autor afrancesado. El fue el primero en hacer sinfonías y fue el primer gran pianista con relevancia internacional”.

Los resultados. De acuerdo con Pérez Santoja, hay innumerables obras nacionales que no siempre se escuchan con las condiciones óptimas de interpretación o de grabación, pero a veces sólo de ese modo las podemos conocer. “Hay un verdadero desinterés de los solistas y de los directores para tocar la obra de compositores del pasado. Por ejemplo, el Concierto para Violencello y Orquesta que está en el disco de Castro ya había sido grabado hace más de 30 años por Carlos Prieto y Jorge Velasco con la Sinfónica de Berlín en vivo, desde entonces no había otra forma de conocer esa obra hasta ahora. Esa grabación no tenía las condiciones óptimas, pero tenía un gran valor histórico, espero que ahora suene mucho mejor”.

Ritter coincide: “Yo también tenía grabaciones en vivo, pero muy mal grabadas; la que hizo Carlos Prieto es un gran intento, pero su interpretación requería de una lectura más profunda. Por eso es importante que hayamos también digitalizado las obras, muchas partituras estaban poco legibles y hay ediciones con errores. Alguien, una institución debería estar obligada a digitalizar partituras mexicanas, hay tanto por hacer y cada año que pasa se van perdiendo, llegaremos al punto en que sólo vamos a escuchar Estrellita“.

Para Pérez Santoja, el primer disco de la Antología con obra de Ponce es “bastante bueno”. “Un proyecto de esta magnitud no merece que se le busquen aspectos negativos porque son realmente muy importantes. La grabación es muy aceptable, técnicamente la interpretación de Ritter está muy bien. Sin embargo, es preciso decir que se percibe un cierto desnivel porque la orquesta no está en su más óptimo nivel, se notan algunos detalles técnicos pero con cumple con eficacia para hacernos sentir y escuchar la música”, dice.

En el caso del volumen con obras de Castro, apunta: “Es magnífico que ya exista una grabación del Concierto para Piano y Orquesta, que ha sido tocado por varios pianistas que decían que lo iban a grabar pero nunca lo pudieron concretar por diversas cuestiones, empezando por la partitura, que tenía muchos problemas de lectura”.

Los siguientes volúmenes se lanzarán entre septiembre y diciembre.

“Ya tenemos grabados los discos de Julián Carrillo y Gonzalo Curiel, así como la mitad de otros en el Teatro de la Paz de San Luis Potosí. Los masters los mandamos a Suecia y se ha ido distribuyendo el trabajo. Planeamos concluir la Antología en cinco años, todos saldrán con Sterling y otros con Toccata classics. Vamos a seguir con o sin apoyos hasta que acabemos, Rodolfo Ritter no estará en paz hasta acabar”, dice Cortés.

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