Michoacán.- Resguardada por sus mujeres, quienes trasmiten sus conocimientos culinarios a las nuevas generaciones, la gastronomía michoacana es una de las más ricas de nuestro país, hecho que le valió a México para que su cocina fuera declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, reconocimiento de la UNESCO, otorgado en el 2008.

Una visita a Michoacán equivale a degustar platillos de herencia prehispánica, sabores descubiertos por nuestros ancestros y perfeccionados a lo largo de los siglos.

Pueblos Mágicos como Tlalpujahua, Santa Clara del Cobre, Tzintzuntzan y Pátzcuaro, además de la capital del estado, son una muestra del gran tesoro culinario que aquí se encuentra gracias a sus cultivos y su orgullo por enaltecer lo propio, lo heredado.

TZINTZUNTZAN Y PÁTZCUARO

Ubicado a 17.4 kilómetros de Pátzcuaro a orillas del lago, el pueblo de Tzintzuntzan, que fue centro del Imperio Purépecha y primera ciudad capital de Michoacán, es otra invitación a la admiración y el disfrute, tanto por sus construcciones prehispánicas conocidas como Las Yácatas, su convento franciscano y su iglesia del siglo XVI, así como por sus grandes regalos al paladar.

En este lugar, donde el trabajo del barro es base fundamental de la economía, se puede degustar el afamado churipo de pescado, atole de grano y otros productos con base de maíz.

Por lo que respecta a Pátzcuaro, en este lugar también se pueden saborear platillos de recetas prehispánicas como los tamales tarascos confeccionados con acúmara, el famoso pescado blanco de la región, o bien los uchepos y los tamales de ceniza, al igual que la sopa tarasca, hecha con tortilla, queso y salsa de jitomate, y por supuesto las corundas, que se encuentran en la mayoría de los poblados de Michoacán.

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