En pleno corazón de Michoacán, Cynthia Martínez, chef y propietaria del restaurante San Miguelito, se dio a la tarea de fundar “Zirita”, un espacio donde la gastronomía es una mágica experiencia, es un taller donde cocineras tradicionales como Benedicta Alejo, comparten orgullosamente sus herencias.
Aquí, donde la gastronomía es apreciada como lo que es, un gran tesoro, la chef Cynthia Martínez también se encarga de enseñar hasta los más recónditos secretos de la cocina michoacana, abanderada por decenas de platillos como las corundas, una degustación “obligada” para los turistas.
“Una visita turística no está completa sin conocer y probar la comida típica. Además, aunque no seas un experto chef o un amante declarado de la cocina, disfrutarás una experiencia diferente, enriquecedora, que ampliará tu cultura, donde conocerás a gente interesante y aprenderás algo nuevo en un bello y natural entorno”, señala la chef Cynthia Martínez.
Otro de los múltiples lugares donde se le hace honor a la cocina michoacana, es el restaurante San Miguelito, donde Cynthia complace a sus comensales con platillos espectaculares, llenos de tradición, de folclor, pero con un toque contemporáneo que los hace únicos y que hacen una combinación perfecta con el decorado del restaurante, donde también se venera a San Antonio, porque ya de paso, las solteras pueden pedirle el favor de encontrar novio a este santo.
DULCE TLALPUJAHUA
De origen prehispánico, Tlalpujahua es otro destino para conocer la gastronomía local, además de su gran riqueza cultural y arquitectónica, que se puede admirar desde cualquier punto.
En este pueblo mágico, donde todavía se trabajan de manera artesanal las esferas de Navidad, Imelda Paredes de Granados, está al frente del negocio “Conservas Tres Generaciones” tradición que lleva más de 100 años en su familia, que durante todo este tiempo se ha dedicado a endulzar paladares con higos en dulce, calabaza y conservas de todos los frutos que se dan en la región.
Además, Imelda Paredes se enorgullece de ser una cocinera tradicional de Michoacán, oficio que inició a los 7 años de edad en su casa, aprendiendo las recetas de la familia.