El Centro Histórico de Querétaro fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO por su excelsa arquitectura barroca y neoclásica, expresada en suntuosos inmuebles religiosos y civiles; un ejemplo excepcional de ciudad virreinal española. Las plazas y andadores son ideales para el café matutino o la copa nocturna.
Además de la suntuosa arquitectura de los inmuebles civiles y religiosos de los siglos XVII y XVIII, destaca la traza urbana original. El trazado de sus calles demuestra el sincretismo que operó durante 300 años: de la calle Corregidora hacia el templo de La Cruz, la traza urbana es orgánica y libre, sin retícula; de Corregidora hacia la avenida Tecnológico, el diseño es uniforme, ajedrezado, no perfecto, pero sí regular.
El Centro Histórico guarda, entre sus tesoros, espléndidos edificios virreinales, andadores donde se respira tranquilidad y plazas y jardines donde se observa el ir y venir del Querétaro cotidiano.
Alguna vez, la capital queretana fue catalogada como ciudad barroca, pues está marcada particularmente por las grandes obras arquitectónicas barrocas de los siglos XVII y XVIII. El templo de Santa Clara, el de Santa Rosa de Viterbo y el convento de San Agustín, por ejemplo, sintetizan gran parte de la estética: producen efectos dramáticos alternando líneas rectas y ondulantes, fabricando formas exuberantes, contrastando masividad y esbeltez, dando énfasis en la verticalidad y buscando continuamente el movimiento.
Además, Querétaro cuenta con una gran variedad de museos, algunos de ellos localizados en hermosos edificios de la época virreinal, que ofrecen un interesante panorama de la historia y de las manifestaciones culturales que ha expresado el país.
Espacio para la cultura. En la ciudad de Santiago de Querétaro, especialmente en su Centro Histórico, abre sus puertas una gran cantidad de recintos culturales cuya finalidad es acercar a los visitantes a la historia, leyendas y expresiones culturales de la región. Viejas casonas construidas en estilo plateresco, misiones y conventos antiguos albergan museos o institutos culturales. El Convento de Capuchinas, edificación de gran belleza que data del siglo XVIII, es sede del Museo de la Restauración, donde se exhiben documentos, fotografías y objetos que ofrecen una mirada a la historia.
En el Museo de la Ciudad transcurrieron los últimos días del emperador Maximiliano. Este recinto alberga una biblioteca infantil, un cineclub y ofrece cursos, talleres, exposiciones y eventos artísticos como teatro, conciertos y festivales. Si deseas conocer más a fondo la historia de la ciudad, puedes visitar el museo interactivo de historia La Magia del Pasado, donde aprenderás de forma original y divertida.
Mientras que sobre la Casa de la Zacatecana, los locales cuentan que la dueña de esta mansión murió en 1859 de manera trágica, y que de vez en vez, su alma en pena se asoma por una ventana. En sus 11 salas restauradas se presenta una rica colección de pinturas virreinales y del siglo XIX así como muebles y objetos de uso cotidiano de diversas épocas.
Los amantes de la cultura no deben dejar de visitar el Museo de Arte, que se aloja en El Antiguo Claustro de San Agustín. En este espacio cultural se realizan conciertos, conferencias, presentaciones de libros, obras de teatro, eventos especiales y programas educativos.
Y todavía hay más arte: el Museo Nacional de Artes Gráficas (MUNAG) –que se refugia en una casona antigua donde tuvieron lugar las juntas conspiradoras por la Independencia de la Nueva España– exhibe alrededor de dos mil piezas de artes gráficas de gran valor histórico. Destaca la presencia de la primera imprenta conocida en el Continente Americano.