Con sus 321 metros de altura no sólo es uno de los hoteles más altos del mundo, también ostenta el título de uno de los mejores, más lujosos y más onerosos del planeta. Se trata del Burj Al Arab, situado en Dubái, capital de los Emiratos Árabes Unidos.
La construcción comenzó en 1994, abrió sus puertas en 1999 y se ubica en una isla artificial en el Golfo Pérsico.
Pese a su gran altura, ubicándose como el cuarto hotel más alto a nivel mundial, sólo cuenta con 202 habitaciones. Sin embargo, el costo por hospedarse en este fastuoso inmueble sobrepasa dimensiones. El precio por una habitación va desde los cuatro mil dólares por noche, es decir, poco más de 60 mil pesos mexicanos.
Eso sí, en este sitio no escatiman en lujos. Todos los huéspedes tienen acceso a servicios de spa, computadora, fax, fotocopiadora, además el aire acondicionado, luces y cortinas se activan con un sensor, sin contar con que cada piso cuenta con una recepción para evitar la lata de hacer filas.
Además, el personal está capacitado para brindar un servicio de primera y la barrera idiomática no es un problema, pues los trabajadores son seleccionados para que hablen el mismo idioma que los alojados.
Y el servicio va más allá, pues al salir del aeropuerto, los clientes abordan un Rolls Royce que los conduce hacia este fastuoso lugar. Además, si se hace tarde para una reunión o cita, se puede solicitar un helicóptero.
Además de todas las características ya mencionadas, el Burj Al Arab destaca por su decoración interior, que estuvo a cargo de la diseñadora china Khuan Chew.
Cuenta con enigmáticas fuentes y un impresionante lobby, el más alto del mundo con 200 metros de altura.
Por todo esto y más, la creación del arquitecto Tom Wright ha destacado a nivel mundial y es valorado como uno de los hoteles más esplendorosos gracias a sus seis estrellas.