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Si las elecciones para elegir gobernador del estado fueran mañana y se tomara en cuenta la votación que cada noche se lleva a cabo en el Corral de Comedia de Paco Rabell, en la obra satírica ‘Siguiendo las 50 sombras del Caudillo’, el ganador sería Pancho y en segundo lugar quedaría Loyola.

Pancho (Fernando Rabell), el personaje del mal hablar —que no mal hablado—, y esas maneras torpes de conducirse, y Loyola (Juan Carlos Trejo), el personaje, que habla y habla y no dice nada, son la mancuerna fuerte en esta obra.

Pero si se toma en cuenta la votación hecha en la función para prensa, con presencia de reporteros de todos colores y logotipos, muchos de ellos de sociales, los cuales no tienen muchos criterios, ni de política ni de teatro, el ganador fue Roberto Loyola, el candidato del PRI.

Ahora que si nos vamos por simpatía y la cantidad de aplausos, la señalada sería Cecilia Maya de Morena (interpretada por Lulú Buendía).

Maya ha sido la única candidata en la contienda actual que ha asistido a la función y se ha casado una selfie con su personaje. La mujer tiene sentido del humor, por lo menos.

El voto de simpatía de los espectadores electorados en Corral de Comedia fue para el niño que hace el papel del ex gobernador de Querétaro, Enrique Burgos, que no tiene nada que ver en la contienda, pero desternilló de risa a los presentes.

La puesta en escena tiene varios méritos y un problema.

Uno de los méritos es tener la valentía y suficiente honestidad al oficio para entregar una parodia política, género tan sobajado en México y desaparecido en el estado, por miedo a la crítica demoledora del humor mexicano. Y porque las injusticias en este país, con un chiste y buen humor, pasan mejor por la garganta que la amargura de la impotencia.

El problema es esa manera, muy queretana, de creer que la mala improvisación lo es todo en una comedia, de tintes políticos y son ellos.

El resultado, muchas veces es el poco rigor de la puesta en escena y buenos chistes que resultan malas bromas.

Mención aparte, y en este punto este reportero se levanta para quitarse el sombrero es el homenaje que la compañía le hace al magnánimo Jesús Martínez ‘Palillo’, es la actuación de Alfonso Núñez, ejecutando uno de los monólogos sobre la vivienda de interés social.

Para terminar esta reseña/critica de ‘Siguiendo las 50 sombras del caudillo’, citaré al injustamente olvidado ‘Palillo’: “Considero que la gente se ría porque nosotros (los comediantes) le ponemos un poquito de atenuante al coraje, a la indignacipon, que por determinadas cosas, han creao en la gente un cierto odio, y sino le damos un matiz de ironía, de sarcasmo, de ‘chistosidad’, entonces sería pura bronca, puro improperio, pura violencia y bendito sea Dios, considero que entre chiste y chiste, entre payasada y payasada, aventamos un señalamiento, una critica, una cosa despectiva a un funcionario o político, y se ríe la gente, aquí todavía lo hacemos, y qué bueno que así sea, y no como en otros pueblos hermanos donde en lugar de chistes es entre bombazo y bombazo y metralleta y metralleta”, dijo el cómico al periodista Ricardo Rocha.

Lo que Jesús Martínez ‘Palillo’ quiso decir es que el humor es necesario, no un privilegio.

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