La obra El final del arco iris, más que una mirada a la vida de Judy Garland, es una reflexión sobre el lado oscuro de un medio tan demandante como es el artístico; muestra los lastres emocionales que las personas deben cargar en diversas etapas de la vida.
“Se trata de una obra que va más allá de Judy Garland, se habla de una mujer partida en dos por el dolor, víctima de un medio (artístico) terrible, como era en esos años (50 y 60), y de lo imposible que fue zafarse de eso”, dijo Alejandra Desiderio, protagonista.
Esta obra original de Peter Quilter, a casi un año de su estreno en México, vuelve a la cartelera teatral por una corta temporada, del 3 al 24 de marzo en el escenario del Foro Shakespeare, con las actuaciones además de José Antonio López Tercero, quien alterna con Elías Ajit, y Mario Sepúlveda, quienes recrearán el momento en que Garland llega a Londres, en compañía de su joven amante Mickey Deans y de su pianista y amigo Anthony, para cumplir con una serie de conciertos en esa ciudad, tiempo en que se revelará una cara poco conocida de la actriz, la de la mujer inestable y farmacodependiente.
“Ella es el símbolo de una industria donde los productores explotan el talento de la gente desde niños. Podemos hablar de muchos casos en la industria del cine en EU, personas como Drew Barrymore o Macaulay Culkin, que desde niños comenzaron a trabajar y después cayeron en adicciones. Una maquinaria los convirtió en estrellas y se olvidó que eran seres humanos”, comentó Elías Ajit.
El veterano del teatro musical, José Antonio López Tercero, destacó que la obra cuenta con números musicales y música en vivo.