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Paul Walker fue conocido por ser parte de la saga Fast and the furious, cuya séptima parte es esperada con ansias por sus fans. Pero antes que eso suceda, y a siete meses de haber fallecido, el actor regresará a la pantalla grande con la cinta Fortaleza Prohibida, en la cual demostró que su pasión por la adrenalina era vital.
“Nos gusta correr, saltar y patear traseros, creo que esas son las razones por las que acepté este reto, porque pensé: si se trata de divertirse y de manejar autos yo soy el indicado”, comentó el actor.
Esto era lo que explicaba Walker en una de las últimas entrevistas que concedió en el set de la cinta dirigida por el pupilo de Luc Besson, Camille Delamarre.
En el filme que llegará a México este jueves, Paul da vida a un policía encubierto que aunque no conducirá a gran velocidad a bordo de autos lujosos y costosos, si practicará un deporte extremo: el “parkour” (disciplina que enseña a desplazarse en cualquier entorno con ayuda sólo del cuerpo).
Durante la filmación del largometraje basado en la película francesa Parkour Distrito B13, Paul señalaba al portal Daily Motion que su afición por el peligro y la adrenalina era algo que había surgido desde que comenzó la primera entrega de Rapidos y furiosos y que con los años había aumentado.
“Mi personaje en Brick Mansions (Fortaleza prohibida, en español) es el de un policía que es engañado por los políticos en los que él creía y se da cuenta que eso no es cierto, por lo que tendrá que buscar lo que sea mejor para él”, detallaba en plena filmación.
En la misma entrevista el actor invitaba a sus fanático a ver la cinta, lo cual tras su muerte podría ser un gran incentivo, a pesar de que en Estados Unidos la taquilla no le favorecido, pues de los 28 millones de dólares que costó, sólo logró recaudar 32.