Algo se aprendió en el concierto del cuarteto Trenors en el QBO de Querétaro, que los angelitos vienen de Caracas y de Querétaro.
Angelitos, no porque estén bonitos o cachetones, como bebés de comercial; angelitos por esa manera de cantar, tan suave y tan potente al mismo tiempo.
Carlos Vallenilla (tenor dramático), Jonnathan Sandoval (tenor lírico), Ricardo Seijas (barítono), y su recién adquisición, el queretano Leonardo Aguirre (tenor lítico ligero), son considerados la mejor agrupación del pop lírico latinoamericano.
Son continuadores del proyecto de los tres tenores Luciano Pavarotti (en su programa Pavarotti and friends), Plácido Domingo y José Carrera, que fue abrir el canto lírico a las grandes masas, a los oídos pocos castos.
En pocas palabras, lo que hacen estos venezolanos y un queretano, es cantar baladas con la voz de un cantante de ópera, pero sin que suene a ópera.
De tal forma, que pueden interpretar temas como “Te extraño”, uno de sus sencillos más conocidos, y al mismo tiempo cantar un fragmento del “Ave María” en un bar y no en una iglesia, y sentir, ya medio ebrio, que Dios te habla desde el cielo.
Su repertorio tiene una gran variedad, en donde igual cabe “Ayer”, que canta Luis Miguel o rancheras, interpretadas sin ningún problema.
En México quien canta bien, quien tiene una voz privilegiada, tiene pocos caminos para sobrevivir.
Dedicarse de cuerpo y alma al bel canto y esperar a que se estrene en el país una gran ópera, presentada con bombo y platico en Bellas Artes, en dos funciones, y luego esperar, sentado, a que pasen los años y las autoridades culturales decidan invertir en otra ópera y hacer casting, como actor de reality televisivo de Televisa.
La otra, es buscar ‘chambitas’ en coros de orquesta o en misas de gente de dinero. Puestos de ocasión, mal pagados, pero donde se puede cantar un “Ave María”, un domingo por la mañana.
Luego está la salida más real y más humillante, que es hacerle coros a gente que no saben cantar, famosos con dinero pero no tienen el talento. Cantantes caritas que lo tienen todo, menos garganta, gente como Enrique Iglesias, para terminar pronto.
Así se ganan la vida los cantantes de lírico, o mejor dicho, así se ganaban la vida. Ahora existe una alternativa, crear grupos de pop lírico e interpretar baladas.
El QBO de Querétaro fue testigo del talento de las bandas de este tipo: el pequeño lugar vibró, con los tenores de Trenors, como si fuera la Scalla de Milán, así de bonito.