Con la voz de León Larregui cantando: “Queremos paz, queremos paz, queremos paz...", y los rocanlovers coreando lo mismo, Zoé cumplió en Querétaro su penúltimo concierto de la gira Prográmaton 2014, y a pesar de los excesivos gritos y aplausos se escuchó al guitarrista, Sergio Acosta, añadir: “En nuestro país queremos paz”.
Antes de tocar “Deja te conecto”, última canción programada para este concierto lleno de luz y mucho love, el vocalista de la banda, León Larregui, se despidió agradeciendo la asistencia del público queretano y haciendo una breve referencia al caso Ayotzinapa, brevísima, comparada con el discurso que dio en el Foro Sol.
“Muchísimas gracias Querétaro por todo su cariño, queremos que tengan un fin de año maravilloso y un comienzo de 2015 también espectacular, ojalá que México se enderece, porque así como va será una tragedia”.
Ese fue el final del concierto en el auditorio Josefa Ortiz de Domínguez. El inicio fue una mezcla de plausos, gritos y alaridos, que comenzaron cuando los músicos entraron al escenario, pero que se incrementaron apenas vieron a León Larregui, con su look casual, nada místico, ni intelectual, ni provocador.
“Sombras” fue el primer tema que interpretaron. “Fin de Semana”, “Vía láctea”, “Corazón atómico”, “Paula”, “Poli”, “Arrullo de estrellas”, “Labios rotos” y “Cámara lenta” fueron los siguientes, casi el mismo programa de canciones que interpretaron en el Foro Sol.
Después de un primer aviso de despedida, los músicos regresaron al escenario y se desprendió más energía al interpretar “Luna”, “No me destruyas”, “Love”, y cerraron la noche con “Ciudades Invisibles” y “Deja te conecto”.
Vuelven a Querétaro. Apenas en junio de este año, Zoé se presentó en la Plaza de Toros Santa María, un día de lluvia que Larregui no ha olvidado y que hizo recordar a sus rocanlovers en el penúltimo concierto de la gira Prográmaton 2014, el último será en Chiapas.
Muchos de los que estuvieron aquella noche en el ruedo de la Santa María, acudieron una vez más al llamado de la banda y estuvieron presentes en el Josefa.
Jóvenes que llegaron en grupo, otros no tanto pero que son seguidores; los novios que se besaban con las canciones más románticas, los que fueron solos esperando encontrar a alguien, los que llegaron en familia, papá, mamá e hijos.
Y todos cantaron, todos bailaron, imitando algunos de los bailecitos tan naturales y simpáticos del vocalista, o siguiendo su propio instinto, todos con la esperanza de que vuelvan en 2015.