¿En todo Querétaro está Juan Velasco? “No, en todo no, nada más tengo 54 obras”, contestó el arquitecto y escultor Juan Francisco Velasco y Perdomo (5 de junio de 1939 - 23 de diciembre 2014) a EL UNIVERSAL Querétaro, el pasado mes de agosto, previo al homenaje que le rindieron en el Teatro de la República, por sus 25 años como escultor.
En aquel homenaje se le vio feliz, cantó al ritmo de la Estudiantina de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), institución a la cual dedicó más de 20 años como docente de la Facultad de Bellas Artes. Pero desde dos años antes le aquejaba un cáncer de próstata, y la madrugada del 23 de diciembre falleció, a los 75 años.
“Sí partió, partió su cuerpo, pero la esencia de Juan Velasco queda en muchos rincones de Querétaro; España también sabe quién es Juan Velasco, teniendo allá sus copias de las Misiones de la Sierra, Estados Unidos también tiene unas obras por allá. La gente muere cuando la olvidamos y yo creo que a Juan va a ser difícil olvidarlo, van a pasar años y años y la gente va a preguntar: ¿quién hizo ese danzante (El Danzante de 5 de mayo), que está majestuosamente moviendo las plumas de su penacho? Verán que es Juan Velasco, yo creo que difícilmente va a morir, la gente que deja un legado de ese tamaño difícilmente muere”, dijo Elidia Sandoval de Velasco, esposa del escultor.
En su funeral donde también se encontraban los hijos del escultor, Mónica, Lorena y Hugo Velasco, asistieron amigos y familiares cercanos, también se destacó la presencia de la directora del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes (IQCA) Laura Corvera Galván.
Hoy a las 12:00 horas, en la iglesia de El Rayo, será la misa de cuerpo presente y por decisión del propio Juan Velasco y Perdomo sus restos serán incinerados.
SU PRIMERA Y ÚLTIMA OBRA. Juan Francisco Velasco y Perdomo nació en el Distrito Federal el 5 de junio de 1939, vivió en Orizaba, Veracruz, un tiempo en Puebla y desde 1989 radicó en Querétaro. Estudió Arquitectura, y el trabajo arquitectónico lo trajo a Querétaro. Su primera obra de escultura, que realizó en esta ciudad, fue del empresario Roberto Ruiz Obregón, a quien también le hizo un busto y posteriormente una escultura de tres metros que se conserva en el municipio de Amealco.
Entre sus obras destacan El Danzante del andador 5 de Mayo, en el Centro Histórico de Querétaro; la Escultura Ecuestre de Ignacio Pérez en el cruce de avenida Universidad y Corregidora, El Juego de Pelota del Parque Querétaro 2000 y el Conjunto Revolucionario del Parque Bicentenario. En el homenaje que le realizaron, en celebración a sus 25 años como escultor, se describió a Velasco como el “escultor de la gente”, sus esculturas forman parte de la vida diaria de los habitantes de Querétaro y son la admiración de los que visitan la ciudad.
La última escultura que realizó en coordinación con el IQCA, es del poeta Salvador Chava Alcocer, que está en el Barrio de San Sebastián.
Pero en su estudio dejó muestras de que continuaba trabajando; su último modelado fue la escultural de tamaño real de una barrendera, en homenaje a las personas que día con día salen a la calle a limpiar las calles de Querétaro, la limpieza ha distinguido con reconocimientos al municipio de Querétaro, y el escultor deseaba se le realizara un homenaje a los barrenderos con una escultura. El proyecto de la escultura del barrendero se ofreció en varias ocasiones al gobierno municipal, y no se concretó nada.
Aún inconsciente, por la enfermedad, Elidia Sandoval de Velasco platicó que el escultor constantemente movía sus manos. Así que decidió darle un pedazo de plastilina y él comenzó a amasarla, a darle forma. “Era incansable”, añadió.
También dejó pendientes en sus estudios dos cuadros de pintura, uno de un tigre y otro de unas olas de mar. Juan Velasco siempre tuvo la intensión de escribir su biografía, pero no logró realizar este proyecto, ahora queda como trabajo de su esposa recopilar toda la información de su legado y la historia de sus inicios. “Yo le dije una vez: puedes iniciar tu biografía con: “Erase una vez un gran artista”.