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Ser sordomudo en ocasiones es visto como una discapacidad y puede provocar que la interacción con el mundo sea complicada.

Sin embargo ¿qué pasa cuando una familia entera con esta particularidad física tiene que afrontar el hecho de que uno de sus miembros sí puede escuchar, hablar y hasta cantar?, ¿quién es el anormal?

Esas son algunas de las preguntas que se plantea La familia Bélier, filme francés que se estrena este fin de semana y que, en palabras de Karin Viard, la actriz que interpreta a la matriarca de los Bélier, no busca provocar lastima acerca de las personas con esta discapacidad sino demostrar que estas familias viven una vida común y que al igual que cualquiera otra, pueden llegar a discriminar al que es distinto.

“Se trata de una película popular con elementos románticos, me gusta el tono porque es atrevido y audaz en su humor, en la forma de hablar a los adolescentes, en la forma en que esta familia de personas sordas es descrita.

“Me gusta la idea de descubrir un nuevo mundo y la comprensión de cómo funciona, con sus códigos. Así que este encuentro con la cultura sorda despertó mi curiosidad y me dieron ganas de embarcarme en algo que me gustaría que el mundo descubriera”, señaló Viard.

Intérprete

Dentro de la familia Bélier, todo el mundo es sordo, excepto la joven Paula, de 16 años.

Ella es una intérprete indispensable para que sus padres desarrollen su vida de forma normal, incluyendo las labores dentro de la granja familiar, por ello siempre ha sido el vínculo entre los suyos y el mundo exterior.

Pero Paula tiene una voz excepcional que podría convertirla en una gran cantante, siempre y cundo decida viajar a estudiar a la ciudad luz, París, algo con lo que sus padres no están tan de acuerdo.

“Mi personaje —dice Viard— es una madre sorda, Paula le permite interactuar con el mundo. Ella también es la madre de una adolescente y, como todas las madres, tiene que lidiar con la sed de su hija por la independencia.

“Esto es difícil para ella porque prefería mantenerla a su lado: en primer lugar debido a su instinto maternal, pero también por el apoyo que ella necesita a nivel diario la confunden, haciéndola vulnerable”, comentó.

Aunque en el filme Karin personifica a una madre actual que no puede escuchar ni hablar, en la realidad, la actriz no tiene esta incapacidad, lo que hizo, en su opinión, más difícil este personaje, al que además tuvo que mezclarle dosis de comicidad para que no cayera en el sentimentalismo.

“Fue muy difícil dar vida a una sordomuda, creo que uno de los más bellos elogios provino de Alexeï, mi entrenador de lenguaje de señas, quien me dijo: ‘Los sordos van a amarte’. Tenía una responsabilidad en relación con los sordos y estaba decidida a no traicionarlos. Esto creó una tensión para mí. No quiero que piensen que estaba actuando o imitándolos y no estaba siendo del todo sincera”, detalló.

Eje temático

La actriz aseguró que el verdadero eje del largometraje dirigido por Eric Lartigau versa sobre la independencia, la adolescencia y el ímpetu de los jóvenes por crecer, experimentar y destacar.

Además, cree que fue un acierto que el realizador situará a esta familia en un entorno rural, pues considera que es un trabajo difícil y refuerza la idea de una familia valiente que no se detendrá ante nada a pesar de su discapacidad.

“Cuando vi la película lo que me sorprendió fue la forma en la que Paula (Louane Emera) personifica la adolescencia: no pretende encantar, ella no tiene sonrisa falsa. Combina la neutralidad de su expresión con palabras muy expresivas y en ocasiones violentas. En cierto modo, eso es lo que la adolescencia es: la necesidad de un jardín secreto, un deseo de acercarse más a los padres. Y siento que la película pinta este retrato de una manera precisa . Somos arrojados de cabeza en la adolescencia: Paula no es una chica soñadora, es sincera y dura a la vez”.

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