Mientras que para el artista visual Rogelio Cuéllar, el libro Maravillas que son, sombras que fueron. La fotografía en México fue "una convocatoria más de Carlos Monsiváis para reunir a sus amigos", para el escritor Antonio Saborit es "una muy buena noticia".
Durante la presentación del volumen, que recopila artículos y participaciones de Carlos Monsiváis en torno a una de sus pasiones: la fotografía, Saborit comentó que la iniciativa de reunir algunos de los ensayos del cronista, escritor, crítico e intelectual sobre el quehacer de la fotografía le parece afortunada y oportuna.
En el acto, se dijo impresionado al abrir el libro y reencontrarse con textos que él ya conocía y había leído desde hace mucho tiempo. "La primera impresión es la de una sensación de redondez que hay en libro, condición editorial que se logra gracias a los mismos textos atados en este volumen que está ya a la venta".
Dividido en tres campos temáticos, la antología de la fotografía en y sobre México lleva al lector-observador hasta la medula misma del gusto del agudo cronista mexicano, desaparecido hace casi tres años, por escribir sobre el arte de captar instantáneas, es decir, acerca de quienes capturan esos "objetos", con los que se recuerda el pasado y el legado que se hereda a través de la imagen.
En la presentación de anoche en el Museo del Estanquillo Colecciones "Carlos Monsiváis", se subrayó que el libro también permite conocer parte de la afición de Monsiváis por coleccionar fotografías.
De las más de 20 mil piezas que el Museo ha contabilizado en su acervo, casi 50 por ciento son retratos, paisajes o foto reportajes. En las colecciones de Carlos Monsiváis desfilan las lentes de creadores como los hermanos Mayo, los Casasola, Pedro Meyer, Armando Herrera y Mariana Yampolsky.
También de Héctor García, Daisy Ascher, Lola y Manuel Alvarez Bravo, Graciela Iturbide, Rafael Doniz, Lourdes Grobet, Gabriel Figueroa y del mismo Rogelio Cuéllar, entre otros, de quienes este ejemplar ofrece una muestra en sus páginas centrales, intercaladas con textos emblemáticos.
El análisis de Monsiváis condensó parte del pasado de la imagen de México, desde las fotografías de paisajes del naturalismo clásico, hasta los trabajos de abstracción de la primera década del siglo XXI, pasando por el uso de la imagen para pregonar quién se es, cómo se vive y cómo se espera la adulación ajena.
Los presentadores, entre ellos el periodista Javier Aranda Luna, destacaron que el libro cierra con un capítulo acerca del fotoperiodismo, extraído de uno de sus numerosísimos e interesantes prólogos. La obra se logró gracias al apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).