El Museo Interactivo del Títere que se encuentra en la antigua Estación del Ferrocarril de Querétaro rinde un homenaje a Pepe Díaz (José Mercedes Díaz Núñez), iniciador del Teatro Guiñol Mexicano; su pasión por el mundo del títere se trasmitió en diversas generaciones de artistas, además de dejar un legado en sus propios hijos, que hoy continúan con esta tradición.
Lilia Díaz Góngora, hija del maestro Pepe, creció en el mundo de los títeres, “y por poco nos hacen títeres a nosotros, mi papá hacía a los títeres y mi mamá los vestía, era una pareja que participaba en la realización de los títeres y del espectáculo, entonces para nosotros formaba parte de la vida, era de lo más normal y común vivir entre títeres”.
Desde hace 40 años, Lilia se dedica a los títeres, de niña acompañaba a su padre a las funciones, como un espectador más, pero cuando fue creciendo manejaba un títere cuando alguno de los artistas faltaba.
Estudió la carrera de administración de empresas y realizó su tesis sobre la administración de teatros, enfocándose al trabajo de los títeres, es así que su vida siempre ha estado en ligada al arte.
A la muerte de su padre, Lilia Díaz se quedó a cargo de la compañía Teatro Guiñol Tradicional Títeres de Pepe Díaz, que para 2014 estará celebrando 70 años de tradición.
A lo largo de los 40 años que Lilia se ha dedicado al espectáculo del títere, dice que los niños nunca han perdido interés por este arte.
“Yo creo que ahora es más motivo para un niño el espectáculo de títeres, porque ellos ven todo a través de una pantalla y al enfrentarse a un títere, a un teatro, la percepción es diferente, les sigue gustando mucho a los niños y el espectáculo de títeres es algo que no va a morir mientras haya niños”.
Lilia Díaz estuvo presente en la inauguración del Museo Interactivo del Títere “Pepe Díaz”, en donde también exhibió varias piezas que forman parte del legado que dejó su padre, como “El señor Guiñol”, personaje que fue creado en 1933 para la primera función de teatro que se realizó en Bellas Artes y que fue rescatado por Pepe Díaz luego de que el muñeco dejó de ser la figura principal.
Pepe Díaz formó parte de del Teatro Guiñol del INBA, pero su trabajo también se enfocó en la enseñanza a través de campañas de alfabetización y en cursos de promotores indígenas en donde enseñó la construcción de muñecos, vestuario, pintura y elaboración de la escenografía que servía para crear el universo de los títeres.