Los sabores de antaño y la historia que lo envuelve, lo convierten en uno de los restaurantes más distintivos de la cocina tradicional mexicana. Café de Tacuba, con 100 años de vida sigue recibiendo de 250 a 300 comensales cada día.
“Este 13 de diciembre se cumple un siglo de servicio. Años de crecimiento, de tradición, de dedicación y de trabajo diario.
“El éxito se debe al servicio que se brinda a diario, como si el comensal estuviera en casa, con esa sazón de mamá, de la abuela, ya que su carta sigue manteniendo esos guisos de antaño, con toques de cariño y donde hay sazón con amor”, explica Gabriela Ballesteros, propietaria del restaurante.
Comenta que a diario reciben muchas familias, que añoran la comida casera. Café de Tacuba se distingue por sus tradicionales moles y pipianes, tamales, el clásico chocolate y el inolvidable atole blanco.
“Han sido muchos años de satisfacción, de trabajo y de cariño de parte de los comensales. El sitio es frecuentado por familias y extranjeros, que siempre se van con un buen sabor de boca.
“Hasta la fecha, el Café de Tacuba nunca ha descansado de atender comensales que llegan para degustar sus platillos, incluso en el recinto se siguen dando cita grandes personajes de la política, del espectáculo y del medio intelectual, quienes saborean a la par que todos los demás visitantes”, expresa Ballesteros.