Rockwell Road es una banda de rock que está de gira en bicicleta. Sus siete integrantes, entre ellos una argentina y una ecuatoriana, han recorrido casi todo el país en menos de un año y, antes de que termine el 2014, esperan llegar a la Ciudad de México y concluir su aventura musical.

Empezaron a pedalear en septiembre de 2013, en Pachuca, Hidalgo. Viajan en cinco bicicletas, han recorrido 1,600 kilómetros en carretera y ofrecido 100 shows en diversas ciudades.

Querétaro fue la más reciente parada de este grupo, originario de Pachuca, Hidalgo, a dos horas de Ciudad de México. En este lugar tocaron gratis en un par de universidades y por el puro gusto. “Ver que pusimos a cantar a gente que ni nos conoce”, dijo Oliver Iturbe, voz de grupo.

Aseguraron que ellos hacen lo que hizo el conquistador español, Hernán Cortés, quemar las naves y saber que no hay vuelta de regreso.

“Queríamos saber qué pasa cuando dejas tu escuela, tu casa, un sueldo, y te haces al camino”, manifestó el vocalista del grupo y eso fue lo que hicieron.

Oliver convocó a seis locos y soñadores como él. Se reunieron en total siete jóvenes en total, bajo el único requisito de “estar dispuesto a no cobrar (por tocar) y a hacer de todo por la música”, señaló el músico.

Cintia (así, sin "y" y sin "h") Concia es de Argentina y golpea la batería; Louni Arreaga es ecuatoriana, toca la guitarra y estuvo a punto de ser deportada de México porque no tenía cómo comprobar ingresos como rockera en bicicleta.

Ximena Márquez de México, quien dejó la escuela para seguirlos y ayudarlos en todo, Abdeel Moreno en la guitarra, Héctor pulido en el bajo, Johny (así, con una “n”) en video, técnico y batería y Oliver, vocalista y autor intelectual de este proyecto.

“Primero teníamos un coche para movernos, un Jetta viejito, pero no iban a caber, y alguien nos prestó cinco bicicletas de montaña, ni siquiera de carretera, nos las prestó, ni siquiera nos las regaló, si lo hubiera hecho las hubiéramos vendido y con eso sacábamos un dinero”, recordó el joven músico.

En el camino les ha pasado de todo. En Guadalajara casi los atropellan, en Michoacán fueron perseguidos por gente armada que no eran ni militares, ni policías, en Monterrey los amenazaron y los corrieron “por que acá sólo rifa la (música de) banda”, informó Oliver.

En esta gira han pasado hambre, frío, han dormido en el suelo, además hay días en que los siete músicos tienen que comer con 400 pesos.

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