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Con el arrullo al Niño Dios y la adoración a las imágenes del Nacimiento Monumental del Jardín Zenea, comenzaron los festejos del 24 de diciembre en Querétaro, posteriormente siguió el desfile de Carros Bíblicos, una tradición que tiene 187 años, por lo cual es considerada la costumbre navideña más antigua que existe en la ciudad.
Niños y niñas ensayan sus parlamentos meses antes de diciembre para colaborar en este evento navideño en el que, a través de canticos, se relatan pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento previo al Nacimiento de Jesús.
El evento fue encabezado por el carro El Paraíso, con un sequito de ángeles que cuidan a Adán y Eva, hasta que comen del fruto prohibido y son expulsados del paraíso.
A esta primera atracción le siguieron El Sacrificio de Isaac, La escala de Jacob, El voto de Jefthé, La Reina Vasti, La coronación de Esther, además de la Ciudad de Sion.
Los últimos tres carros que recorrieron las calles de la ciudad fueron los más conocidos por los asistentes. La Posada representa el peregrinar que tuvieron que pasar María y José, previo al nacimiento del Niño Dios, éste recorre el centro de la ciudad con el fin de promover las tradiciones posadas que iniciaron el 16 de diciembre.
Mientras que El Ángel y los pastores representan el momento en el que un arcángel llega ante un grupo de peregrinos para anunciarles la noticia del nacimiento de Jesús.
La última atracción de este recorrido es la del Nacimiento. En este carro participan los niños más pequeños, quienes representan con gracia y ternura el nacimiento del Niño Jesús. Al fondo del carro se vislumbro a María y José cuidando amorosamente al recién nacido.
Tradición queretana
Este evento navideño inició el 24 de diciembre de 1826, por iniciativa de José María Sotelo, un abogado que, luego de realizar en su casa las tradicionales posadas, compartió con el resto de la sociedad el festejo del nacimiento del Niño Dios, creando el primer desfile de Carros Bíblicos, llamado en aquella época Rosario de Navidad.
De la casa de Sotelo que se ubicaba entre las calles, hoy conocidas como Pasteur y Libertad, salió el primer Rosario de Navidad, llevando en andas un Nacimiento, con María, José y el Niño Dios.
Esta tradición continuó con el paso de los años, a iniciativa de nuevas generaciones de queretanos que siguieron impulsando el legado de Sotelo. Los carros eran montados en carretas, que se pedían prestadas a las haciendas que rodeaban la ciudad, y su decorado era producido con materiales como madera, cartón y costales.
A través de una Junta de Navidad se organizaban las familias queretanas para hacer el desfile anualmente. En la actualidad, éste se organiza por medio de Gobierno del Estado a través del Patronato de las Fiestas de Querétaro, con la dirección de Socorro Ontiveros.