Antonio Gaona se ha convertido en paramédico, en el amor de la sicaria Rosario Tijeras, además de múltiples personajes que han llegado a series de televisión e incluso al cine, ya que su carrera actoral comenzó desde los 18 años.
En entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro, el actor habla de su experiencia, además de su nueva faceta en la comedia con el personaje de Luca, uno de los protagonistas de la telenovela “Educando a Nina”, que actualmente puede seguirse de lunes a viernes en punto de las 20:30 horas, por Azteca Uno.
Llevo muchos años en esta carrera y Emilio fue un personaje que me dio muchísimo, al igual que la serie de “Paramédicos”, ambos me dieron bastante experiencia, aunque en realidad no sólo he trabajado en México, sino también en otros países como Colombia, en donde estuve en una serie titulada “Palabra de ladrón”, que fue protagonizada por Ana Claudia Talancón, pero realmente el boom fue en “Rosario Tijeras”. A lo largo de mi carrera he tenido la oportunidad de trabajar con grandes directores y de interpretar personajes padrísimos como en las películas “Cansada de besar sapos” y “31 Días”.
Estudié la carrera de actuación en Casa Azul, en Argos, e inclusive mi primer papel lo hice en una telenovela de Argos que se llamó “El alma herida”, con un personaje muy chiquito, y al mes actué en mi primera película “Mar de sueños”, en donde me empecé a foguear en cine y series, que es donde más me he movido.
Después de “Rosario Tijeras” había querido trabajar otra vez en la empresa y aunque por tiempos no pude integrarme a “Nada personal”, me mandaron este casting con algo muy distinto a lo que yo siempre he manejado, ya que me he enfocado al drama y no tanto a comedia, pero me encantó porque es algo muy fresco, para sentarse a disfrutar y ver una historia distinta, además de que es apto para toda la familia.
Sí, y está padre, me encanta poder jugar a estos personajes tan exagerados, pero que al mismo tiempo reflejan a alguien de nuestra sociedad, que no se quedan fuera del contexto social en el que vivimos en México, creo que cada uno es como una pequeña gota concentrada de caracteres, y seguramente por eso la gente lo está aceptando tan bien y se divierten al igual que nosotros. Considero que no siempre tienes que ver la sangre para jugar a que está.
Es una chica a la que admiro en muchos aspectos, desde lo laboral, pasando por su amor con la familia hasta la relación con su novio. He tenido la oportunidad de conocer a personas de su familia y a su novio, y es padrísimo tener como compañera a alguien tan íntegra y de quien sabes lo que le ha costado estar ahí, y que además tiene la sencillez para seguir siendo la misma persona que es desde que puso un pie en el escenario.
Algo en lo que coincido con él es que siempre he sido una persona libre de prejuicios o de catalogar a la gente. Además, en la relación que tiene con su hermano (en la telenovela), que es Alex Sirvent, he repetido cosas que en realidad he vivido con mis hermanos y él las entiende muy bien, también lo que sucede con Alex Ibarra como cómplices de vida; son momentos que he creado a partir de experiencias personales.
La verdad me cuesta, pero a veces puedo llegar a ser romántico, pero así muy de vez en cuando (risas).
Creo que ya era un cambio justo y necesario porque como actores estamos en un país que a veces ofrece pocas posibilidades y estábamos muy limitados por esa cuestión del veto, pero en otros países no existen ese tipo de cuestiones porque el actor es un trabajador como todos, y si no consigue trabajo en un lugar, tiene que hacerlo en otro y no está bien que te limiten simplemente porque has estado en algún proyecto. Es algo que tuvo que haber cambiado desde hace tiempo y agradezco estar en este momento en donde los actores ya no le pertenecen a nadie, sino a sí mismos, porque a uno le gusta decidir qué quiere en su vida. Eso ha creado mucho más trabajo y diversidad de contenido en nuestras televisiones e incluso, en las nuevas plataformas.
Sí, nos hemos quitado todas esas barreras que eran de tiempos arcaicos. Si los productores y directores de repente se cambiaban de compañía, pues los actores también podemos hacer eso.
Planeo irme un par de meses fuera de México a viajar, y regresando tengo el estreno de dos películas que hice, La segunda parte de “El cumpleaños de la abuela”, que se va a llamar “La boda de la abuela” y la otra aún no tiene nombre, pero es una película de época ubicada en 1920, en donde trabajé junto a Héctor Suárez, Osvaldo Benavides, Mauricio Isaac y el Diablito, está padrísima porque también es comedia. Fue dirigida por Mark Alazraki y Fernando Rovzar.