Mezclando el chapopote y la cosmovisión prehispánica, el pintor Matrino Reséndez presenta en La Estación su obra Kátharsis, donde dice haber plasmado sus sentimientos por primera.
“Yo, si estoy alegre o enojado, pinto; no necesito inspiración sino concentración, pero esta vez tuve una serie de problemas, por pinturas qu e se van a otro país, además el dinero no fluía. ¿Cómo le haces sin lana y que hay que seguir pintando? Pese a los problemas me puse a pintar y conforme lo hacia se iban por eso le puse Kátharsis, fue como terapia”.
La obra, que actualmente se presenta en la galería del Centro Cultural La Estación, Espacio de Encuentro, ubicada en la Antigua Estación del Ferrocarril, presenta cuadros pintados en chapopote con temas sobre el México antiguo, historia prehispánica, y piezas que exponen la infancia y adolescencia del mismo pintor.
Matrino Reséndez es originario de Tabasco, estudió la carrera de diseño gráfico y artes visuales en la Universidad Autónoma de Querétaro, en donde comenzó a pintar con chapopote diluido en gasolina blanca.
Con el chapopote los Olmecas pintaban cuchillos y conchas, recordó al momento de conocer esta técnica, y por ser Matrino un asiduo lector de la cosmovisión prehispánica, siguió con la costumbre de pintar con el chapopote.
La piedra de chapopote tiene un aspecto como de hule o goma y para pintar con este residuo del petróleo, se tiene primero que diluir en gasolina blanca o en aceite de linaza para obtener una mezcla más espesa.
Parte de la obra de Matrino Reséndez, hecha en chapopote, se ha ido a Australia, Francia y Estados Unidos, “ha gustado mucho”, dice el joven pintor. En exposiciones colectivas se ha presentado en diferentes estados de México, incluyendo Querétaro.
Kátharsis es una exposición en la que por primera vez se presenta el boceto de uno de los cuadros de su obra.
La muestran permanecerá en exhibición hasta el 15 de septiembre y para el mes de noviembre se tiene contemplada una exposición más en Hércules y en Huimilpan donde pintará en vivo.