Noche de sabores mexicanos se vivió en el restaurante Cócono, en el marco de su sexto aniversario, gracias a una exquisita cena maridaje que se ofreció para celebrar con clientes de este lugar ubicado al centro de la capital queretana.
En el lugar se reunió una pequeña comitiva, quienes se dieron cita desde temprana hora para poder degustar de los exquisitos platillos que fueron preparados por el chef de la casa, Rubén Morales.
Al comenzar la recepción, la sommelier Susana Cardoso presentó el primer vino, Relieve, elaborado con sauvignon blanco y chardonnay, el cual cuenta con características frutales y florales que hicieron una perfecta combinación con el ceviche.
Para el segundo tiempo se disfrutó de un exquisito chile en nogada, el cual resaltó por los colores de la bandera nacional, maridándolo con un vino proveniente del Valle de Santo Tomás en Baja California, Pionero, elaborado por tres variedades tempranillo, cabernet y merlot, con ocho meses en barrica, destacado por ser un vino flexible y sedoso.
La sommelier resaltó que el objetivo de esta cena maridaje en la que se deleitaron platillos y vino 100% mexicanos fue “convencer a la gente mediante la experiencia que nuestra gastronomía mexicana se puede maridar excelentemente bien con vinos de mesa, no es necesario optar por el tequila o cerveza, y eso es lo que aquí se corroboró”.
También destacó que el nivel de calidad del vino mexicano en la actualidad está en la posición de competir con los mejores del mundo y aseguró que somos un país en franco desarrollo en materia vitivinícola, “nuestros vinos ya ganan medallas de oro en concursos internacionales en catas a ciegas contra vinos de todo el mundo, eso significa que tenemos un gran nivel.
“Hay que apoyar la pasión, el esfuerzo y cariño que tanto viticultores como enólogos como vitivinicultores apuestan todo su capital y su esfuerzo por lograr un vino y que mejor que como mexicanos apoyemos a los mexicanos para que ese capital se quede en el país y podamos hacer más fuertes las empresas", afirmó.
En el tercer tiempo se ofreció un vino oriundo del Valle de Santo Tomas, Tributo, el cual es una mezcla de cabernet sauvignon con merlot con 11 meses en barrica que se maridó con unas enchiladas de mole negro con guajolote.
“Va a ser un vino más estructurado de más carácter y potencia que va perfectamente maridado con alimentos más pesados y grasos”, indicó la sommelier.
Para cerrar con broche de oro la velada, Susana Cardoso, quien cuenta con más de 20 años de trayectoria en el mundo del vino, hizo una retrospección acerca de los vinos que se maridaron esa noche, obteniendo una excelente respuesta por parte de los asistentes, quienes se encargaron de crear un ambiente armonioso lleno de aprendizaje.