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La Plaza de Toros Santa María se vistió de fiesta para recibir en el ruedo a grandes estrellas del mundo taurino, en su tradicional Corrida Navideña 2017, en la que el cartel liderado por Joselito Adame engalanó la tarde.
Previo a la faena, los asistentes se dieron cita en el restaurante ubicado a un costado del recinto para disfrutar de los exquisitos platillos tradicionales de la temporada, además de bebidas típicas como el ponche con el toque de la casa.
Alejandro Domínguez, Édgar López y Felipe Hernández
Minutos antes de iniciar la corrida, las filas se hicieron presentes en las afueras del lugar, en donde antes del espectáculo se brindó un minuto de silencio para recordar a los matadores Miguel Espinosa Armillita, Juan Silveti y al médico Armando Vélez.
Asimismo se realizó un homenaje al matador Eulalio López Zotoluco, quien estuvo presente y fue reconocido con un minuto de aplausos por su importante trayectoria de dos décadas.
Daniela Estrada y Regina Cárdenas
El rejoneador queretano Santiago Zendejas fue el primero en pisar el ruedo, quien montó y dominó a la perfección a sus extraordinarios caballos.
Siguió el turno de los forcados queretanos y la plaza se llenó de aplausos hasta el tercer intento, cuando el forcado de cara se armó de valentía y enfrentó a Noche Buena de 426 kilos, logrando su cometido, en conjunto con sus compañeros y el rabillador, quien remató la suerte haciendo que el toro se moviera en círculos.
Armando Cevallos y Manuel Fierro
El diestro francés Sebastián Castella, quien portó un traje de luces en color azul menta, ofreció su primera a faena a sus dos hijas, quienes se encontraban en el coloso queretano, sin embargo, logró un espectáculo poco favorecedor y salió con abucheos del ruedo.
Los hermanos hidrocálidos Joselito y Luis Adame también formaron parte de esta contienda, siendo Joselito el triunfador de la noche al cortar tres apéndices.
Lucero de Alcocer y Alfonso García Alcocer
Los asistentes en el recinto disfrutaron de una cálida velada en la que el numerado estuvo casi lleno y el efusivo apoyo de los asistentes a los matadores se escuchó con fuerza, destacando entre el honorable, los jóvenes amantes de la fiesta taurina.
Como ya es tradición, la corrida logró su cometido al reunir a grandes amigos en los tendidos, quienes se unieron con el vitoreo y los aplausos.