Tradición y creatividad es lo que conjunta el Teatro Negro de Praga, reconocida agrupación que regresa a México con el montaje “Las aventuras de Fausto”. Después de haberse presentado este mismo espectáculo en otras plazas de la República desde el año pasado, ahora llega a Querétaro, para seguir su gira hacia Puebla, Estado de México y el D.F.
Lo que vio el público queretano fue una adaptación de la obra máxima de Johann von Goethe, una historia de por sí compleja llena de simbolismos, que de origen está llena de fantasía. Novela y autor que son sin duda, referentes del Romanticismo literario. Interpretada bajo el formato de esta técnica especial en medio de luz, sombra, marionetas y vestuarios con colores fluorescentes, danza y música.
La manera como lo contaron los de Praga fue a partir de la anécdota simpática de un pescador borrachín y pobre, que es echado de su casa por su mujer. De ahí pasará por varias aventuras. El espantapájaros amigo de las aves que se deprime y se pone a llorar a “chorros” forma con sus lágrimas el mar en el que Fausto emprende su odisea.
Apegado a la trama original, se topa con hadas, dragones y otros seres fantásticos, lo mismo que sale de este mundo a otra dimensión o al espacio.
En esta reinterpretación, también viaja por el mundo, lo que le permite al protagonista bailar tango, encontrarse con bailarinas de flamenco, jugar futbol o hasta torear a un gran guiñol, que resulta ser una vaca. La obra está dividida en dos actos; durante toda la primera parte, Mefistófeles acechará al personaje principal para que le firme un pacto a cambio de su alma.
En la segunda, de manera diferente a la novela original en que Fausto ayuda a arreglar los problemas de su país, Alemania; aquí vimos un paseante por el orbe que llega a una Latinoamérica tropical, pasa por África, Arabia y hasta por la Antártida. En todo su recorrido es guiado por el mismo diablo que funge como guía a la manera de Virgilio en “La Divina comedia”.
Ni el curioso bigote, ni su playera a rayas ayudan a que Fausto caiga en manos de Lucifer, que por fin se queda con su alma, pero el final, al menos en la presentación que se vio aquí en Querétaro fue, digamos celestial.
