Más que un negocio de galletas, Garabatos es una familia en la que se han forjado grandes historias de éxito como la de la misma empresa que tiene su origen en el año 1949 con la llegada a México de Emanuel y Elvira Bleir, padres de cinco hijos y herederos de una gran tradición culinaria en la que vieron una forma de sustento.

Elvira comenzó a elaborar sus productos de forma casera como el pastel de queso estilo europeo y el pastel D´elvis, en honor a su nombre, con los que de inmediato conquistó y logró atraer a sus clientes, quizás sin imaginar el éxito que esto traería.

Tras la muerte de su padre, Abraham, el más pequeño de la familia Bleir, fue el encargado de crear el concepto y registrar la marca con la apertura de su primer restaurante hace ya tres décadas.

“Actualmente, cuenta con 13 restaurantes que ponen a disposición del comensal su extenso y exquisito menú, y cuenta con 22 boutiques que ofrecen deliciosos pasteles y galletas, con el mismo espíritu que doña Elvira tenía cuando inició su historia hace más de cincuenta años”, refiere Abraham Bleir, durante la apertura en Querétaro de la primera sucursal de Garabatos en el interior del país.

Con un concepto casual, este sitio es el resultado de entrega, labor y sacrifico de muchos años, reconocen sus propietarios Abraham y Esther Bleir, quienes están convencidos de que todo es posible mientras haya honestidad, innovación, compromiso y respeto, valores “no negociables” de la empresa, reiteran.

Hoy por hoy, la marca además de repostería ofrece el servicio de restaurante con un amplio menú estilo gourmet atendiendo a su filosofía que “es darle a sus clientes aquello que estamos dispuestos a darle a nuestros hijos”, comenta Bleir.

Pero sin duda, la especialidad de Garabatos, en cuanto a galletas se refiere, es la de vainilla garabateada con chocolate, una delicia gastronómica heredada por doña Elvira Bleir, y la base de las creaciones culinarias actuales de esta empresa que combina la cocina con el arte.

A diferencia de otras empresas, Garabatos no utiliza productos sucedáneos en la fabricación de sus galletas bajo el método artesanal firmadas una a una y elaboradas con estricta higiene, por eso la primera sucursal en Querétaro cuenta con baños completos para uso de sus colaboradores, quienes atienden a las normas estrictas de calidad implementadas por el grupo.

Galletas para todos

Además de su sabor único, ésta es una empresa cien por ciento mexicana comprometida con el país por lo que le llevó tres años desarrollar su propio edulcorante, usados para sus líneas de productos cero azúcar y ligth, mismos que pueden consumir las personas con el padecimiento de la diabetes.

Para la elaboración de sus productos, el prestigiado sello cuenta con tecnología de punta para precisar el manejo de temperaturas en la recepción de materias primas y “como empresa socialmente responsable, se ha incrementado el uso de papel reciclable y bolsas biodegradables, así como el adecuado desecho de aceites”, agrega su director quien debido a su gran vocación de servicio, su participación activa en el ámbito restaurantero, y el trato con cada uno de los integrantes de la empresa, en donde “no sólo vemos vidas, vemos colaboradores”, ha recibido importantes premios.

En 2003 recibió el Premio al Mérito Empresarial Restaurantero como “Joven Empresario Restaurantero del año”, otorgado por la CANIRAC.

Ese mismo año, le fue otorgada “La llave del Progreso”, que es un reconocimiento que da la Asociación de Abastecedores Turísticos (AMAIT) a la industria turística y a sus mujeres y hombres más destacados.

En 2004, Bleir también fue acreedor del premio “Mexicanos Sobresalientes” por parte de la Revista “Vuelo”, de Mexicana de Aviación, y en 2007 a “La Antorcha de la Innovación” por la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC).

Seis años más tarde, en 2010, Abraham recibió el máximo galardón otorgado por la CANIRAC, al ser nombrado el “Empresario Restaurantero del Año”, entre otros títulos que forman parte de una trayectoria de éxito.

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