Con el Teatro de la República lleno, la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro (OFEQ) celebró la última presentación de su segunda temporada, un concierto que no estaba programado, incluso se realizó hora y media antes de lo habitual, pero llamó la atención del público, ya que los boletos se agotaron y hasta hubo lista de espera para aquellas personas que llegaron de último momento con la esperanza de alcanzar un lugar.

Ludwig Carrasco, director titular de la OFEQ, agradeció   ver la “casa llena (…) Sin el público el artista sería muy solitario y el trabajo quedaría en nada, agradecemos a todas las personas que vienen cada semana, y a aquellos que están por primera vez aquí, los esperamos en septiembre que reanudamos nuestra programación”, expresó.

Además, el director reconoció la labor de todos los que integran la asociación civil de la Filarmónica, que preside el ex edil Rolando García, tanto al personal administrativo como de foro, “gente que ustedes no ven, pero que hacen que estemos aquí semana tras semana, valoramos todo su trabajo”, agregó.

En esta segunda temporada de conciertos, luego de más de un año sin director, Ludwig Carrasco tomó el liderazgo de la agrupación, por eso es tan significativo para él este cierre,  aún más con el espacio lleno. El Teatro de la República es la sede que durante años dio cobijo a la OFEQ y que el mismo público espera que vuelva a serlo.

La presentación inició con la obertura de “Guillermo Tell” de Gioachino Rossini, una pieza que comienza con un breve solo de cello, evocando la tranquilidad de los amaneceres en los bosques, luego viene una tormenta en la que destacan los trombones.

El tema de “Guillermo Tell” está basado en la historia de un héroe suizo del mismo nombre, un justiciero reconocido en los campos por sus hazañas, de ahí que también en la obertura Rossini se escuche el diálogo de los pastores, voces representadas por el corno y la flauta; el final de esta historia es enmarcado por un movimiento,  titulado originalmente “La marcha de los guardias suizos”,  y que es más popular como el tema de las escenas de acción de “El llanero solitario”, en todas sus versiones.

Suite Holberg para orquesta de cuerdas, de Eduard Grieg, también se programó para este concierto, una pieza creada en homenaje al humanista noruego Ludvig Holberg. Después del intermedio siguió la tan famosa Sinfonía No. 5 de Ludwig van Beethoven, obra que Carrasco describió como un viaje espiritual, en el que también se congregan los tormentos de la azarosa vida del compositor alemán.

“Es un viaje en muchos niveles, musical, espiritual; la Quinta sinfonía de Beethoven tiene posiblemente los cinco segundos más famosos de la historia de la música, es una obra que Beethoven terminó en 1808, y desde entonces se ha mantenido en el repertorio constante y es un pilar de la literatura para orquesta sinfónica”, explicó el director.

Y fue tan agradable para el público, que ovacionó a la OFEQ y continuaron aplaudiendo para que tocaran una vez más, por lo que la filarmónica complació a los asistentes con un fragmento del último movimiento de la misma obra de Beethoven, y nuevamente la gente respondió con más aplausos.

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