Con un concierto de música de videojuegos, desde Mario Bros hasta Pokémon, celebrará su estreno la Orquesta Filarmónica Pop de México, proyecto que a pocos días de iniciar su promoción ya hizo eco a nivel internacional y sus creadores esperan moverlo a modo de franquicia.
El auditorio Josefa Ortiz de Domínguez será testigo del nacimiento de la FilaPop “Clásicamente Moderna”, este 30 de agosto, a las 20:30 horas. Serán 60 músicos quienes participarán en la primera presentación, todos jóvenes originarios de Puebla, San Luis Potosí, Querétaro y Guanajuato. Y el 4 de octubre tendrán en el concierto homenaje a Queen, al canadiense Marc Martel, quien dio voz al mítico Freddie Mercury en la cinta Bohemian Rhapsody.
Cuauhtémoc Juárez, director general de la FilaPop, explica que el proyecto es un concepto con una estructura musical artística clásica, con violines, violas, violonchelos, contrabajos, y todos los instrumentos que integra una filarmónica, pero también incluyen batería, sintetizadores y guitarras eléctricas, necesarios para el repertorio que contemplan tocar.
Son tres socios los que están invirtiendo capital propio para levantar esta empresa, además de Juárez está Alfredo Ibarra —quien será el director del “Gamers Concierto”— y Magdalena Rico. El proyecto tiene tres ejes de acción, atraer a público nuevo a la música sinfónica, dar empleo a jóvenes músicos y beneficiar a instituciones de música o con fines sociales.
En entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro, Cuauhtémoc Juárez detalla el origen de la FilaPop y aclara que el proyecto no es un competencia de la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro (OFEQ), agrupación a la cual él mismo perteneció por casi 18 años.
¿Es como tal una agrupación la Orquesta Filarmónica Pop de México, por qué la están describiendo como un concepto?
—Decimos que es un concepto porque la idea de la Filarmónica Pop es crear una orquesta que pueda tener presencia en todo el país, sin que esto signifique hacer giras de conciertos, que son muy costosas. En esta agrupación nosotros tenemos una plantilla de más de 240 jóvenes músicos, que están divididos por regiones, cuento con integrantes en el norte del país, occidente, centro y sur. Si yo hago un concierto, por ejemplo, en Durango, tengo la plantilla en ese estado con la que haríamos el recital.
¿Y trabajarían a distancia?
—Haciendo el uso de las nuevas tecnologías, yo mando digitalizadas las partituras por correo y por medio de los chats podemos estar contactados para ensayar, aunque ellos estén en otro estado y yo en Querétaro, nos ponemos de acuerdo a distancia y ya llegando el día del evento, nos juntamos físicamente ahí sí, ya todos en el escenario para realizar pruebas acústicas en el lugar del concierto, como son jóvenes, pero profesionales, entonces son personas que ya saben cómo trabajar.
¿Existe algo similar así, de donde están tomando ejemplo para realizar este proyecto?
—Esta es una creación nuestra, de hecho Filarmónica Pop es una marca registrada y con derechos reservados, espero que a lo mejor esto se pueda replicar en otros países, hemos hablado con amigos de Ecuador y quieren hacer algo semejante, sería como una especie de franquicia.
Aquí tenemos a la OFEQ, con una estructura ya definida por años, que usted conoce muy bien porque formó parte de la misma Filarmónica, ¿qué lo llevó a crear el concepto FilaPop que está tan alejado de las bases de su antigua agrupación?
—Sí, fui parte de la OFEQ por 17 años, casi 18. Cuando uno se enfoca mucho en un proyecto se limita a cumplir con esas actividades, y cuando yo tengo la situación, con los cambios administrativos, de salir de la Filarmónica de Querétaro, inmediatamente empecé a trabajar en ideas para poder generar nuevas cosas; en mi muy personal experiencia, mi primer proyecto lo hice a los 16 años, lo aprobó el gobernador Rafael Camacho Guzmán, acá en Querétaro, fue la iniciativa de la Sinfónica de Querétaro de aquellos años, y él lo autorizó pero mi edad impidió que lo realizáramos, y ese presupuesto se usó para crear lo que en aquel momento fue la Filarmónica del Bajío, luego yo hice en Michoacán la Orquesta de Cámara de la Antigua Valladolid, tuve que ver con la creación de la Orquesta Sinfónica del Teatro de Aguascalientes, Orquesta Sinfónica de Ciencias y Artes en Chiapas, Orquesta Sinfónica de la Universidad Juárez del Estado de Durango, ahora ante la separación de la Filarmónica de Querétaro se nos ocurre, junto con el maestro Alfredo Ibarra y la doctora Magdalena Rico, darle forma a un proyecto y durante casi un año estuvimos analizando cómo lograr formalizar todo y darle sustento, para poder presentar algo atractivo al público nuevo, tomando en cuenta que ya tenemos cubierta con la OFEQ la parte académica en la ciudad, pero nuestra actividad no se va a limitar a la urbe, vamos a hacer conciertos en varios lados.
¿La FilaPop no es una competencia para la OFEQ?
—Nunca lo pensamos como una competencia para la OFEQ, ni siquiera lo pensé como un complemento, porque cada institución tiene su propia naturaleza y espero que cada una tenga público para todos sus conciertos, no es el propósito, la finalidad nuestra tiene tres objetivos fundamentales, uno es acercar a las nuevas generaciones a la música sinfónica, a través de programas atractivos con pop; el segundo es generar fuente de empleo para los jóvenes profesionales de la música, y el tercero está enfocado en la responsabilidad social, que es hacer conciertos con causa. La idea de FilaPop es que todas nuestras presentaciones alcancen a beneficiar a alguna institución u organizaciones que requieran de apoyo financiero, es decir, que una parte de los ingresos de la taquilla sea donada a algún organismo, en este caso del primer recital el beneficio será para el Conservatorio José Guadalupe Velázquez; tenemos ya la solicitud de una asociación que dota de aparatos auditivos para personas sordas y tenemos la petición de otros organismos, incluso fuera de la ciudad de Querétaro, como Irapuato, León y Chiapas.
Hablar de una orquesta con la palabra pop incluida sí sorprende, usted que tiene tantos conocidos de los clásicos, ¿qué le han dicho de la FilaPop?
—No he hablado con los amigos de los clásicos, he hablado con nuestra gente. La idea es interpretar lo más popular de toda la música. En nuestro programa podemos incluir, por ejemplo, la Quinta de Beethoven —que es de los clásicos más famosos—, Carmina Burana, lo que la gente ya gusta más y de lo más popular, podemos ejecutar todo lo que se ha vuelto más clásico, como Queen, que por cierto viene a tocar Marc Martel, quien es la voz de Freddie Mercury en la película Bohemian Rhapsody, lo vamos a tener el 4 de octubre en el Josefa, la música de videojuegos y temas de cintas se están volviendo clásicos; la intención es tocar toda la música nueva, pero con arreglos bien hechos.
En esos 18 años que comenta que trabajó para la OFEQ, los conciertos más atractivos para la gente eran precisamente los que incluían música de videojuegos y películas, entonces ¿sí hay público para este proyecto, le están apostando a eso, a llenar los teatros?
—Sí, lógicamente el público joven busca llegar a este tipo de espectáculos, si programáramos una sinfonía de las hermosas para mí, como son las de Bruckner —por hablar de que soy clásico— , yo creo que tendríamos una sala con 100 o 200 personas, si bien nos va, yo espero que con la música de videojuegos tengamos el teatro lleno, sobre todo pensando que la concurrencia es muy sensible para los efectos de la ayuda solidaria, con los conciertos a beneficio.
Levantar una empresa cultural no es sencillo, entonces ¿qué instituciones están impulsando el proyecto?
—No es fácil emprender, pero no hay instituciones detrás de la FilaPop, es una empresa privada, somos tres socios y entre nosotros estamos invirtiendo lo necesario para poder realizar el proyecto.
¿Se acercaron a instituciones?
—No, porque nosotros decidimos hacer nuestro propio esfuerzo, las instituciones gubernamentales generalmente ya tienen destinados sus recursos, y nosotros nos dimos cuenta de que la sociedad de civiles es una fuerza increíble, pensar que el gobierno nos aporte todo es algo que no creo que se pueda hacer, ya hay muchas cosas de las que se tiene que encargar, y al decirles quiero que me apoyes para hacer otra orquesta, me va a responder: “Ya tengo una, ¿para qué quiero otra?”. Entonces nosotros tomamos la decisión de hacer esto y fortalecer la parte de la sociedad civil entre todos los músicos que participamos, estamos hablando de que somos tres socios y tengo una plantilla de 13 personas que nos encargamos de las cuestiones de operación. Los honorarios de los músicos lo estamos pagando por cuenta propia.
En el caso de la OFEQ se vio que no es autosustentable, ya que su administración pasada finalizó con fuertes problemas financieros que el Estado tuvo que cubrir, en este sentido ¿cómo va a trabajar la FilaPop?, porque si es una inversión personal, le están apostando demasiado
—Sí es una inversión muy grande, es un riesgo también que estamos asumiendo y pensando que los resultados no son inmediatos, como todas las empresas no podemos pensar que con este primer concierto vamos a resolver la vida, es un proyecto del que vamos a poder hablar dentro de cinco o siete años quizá, para ver si funcionó o no. No quisiera referirme a la administración de la OFEQ porque no es el caso, yo lo que voy a decir es que nuestro esquema de administración es muy diferente del que tenían, porque aunque estoy originando fuentes de empleo, no estoy generando una nómina pesada. Por ejemplo, en lugar de tener contratados a dos contadores que me erogarían —si pensáramos en los salarios de otras orquestas, para no hablar de la OFEQ— se llevarían alrededor de 70 mil pesos mensuales, después de impuestos, y acá yo contrato a un despacho contable que lleve mi contabilidad y le pago mil 500 por mes y ya cumplimos con todas las obligaciones fiscales; y en lugar de tener personal de planta, contrato para cada evento lo que voy necesitando, y así optimizar los recursos.
¿Cinco o siete años?
—En el análisis que hemos visto, es el tiempo en el que una empresa puede funcionar.
bft