Mientras el mundo aún no consigue salir del shock que generó la reaparición de Renee Zellweger en escena, hay mujeres que siguen luchando por ser aceptadas así como son.
En esta lista podría ubicarse a Keira Knightley (quien hace unos años protestó porque le habían agregado senos en la foto promocional de una película) y, ahora también, a Rumer Willis.
La hija de Demi Moore y Bruce Willis busca ganarse un lugar propio dentro de la industria, combinando su trabajo como actriz con ocasionales producciones como modelo.
Así, aceptó convertirse en la cara de una línea de ropa, posó para el catálogo de la firma pero... ¡Terminó convertida en otra persona!
O, al menos así lo entiende ella, que no demoró en poner el grito en el cielo luego de ver el resultado en las imágenes publicadas.
“Me sentí muy frustrada”, le contó a la revista Us. “Creo que hubiese sido distinto si fuera una modelo y me hubiesen contratado para ser parte de la producción; podría haber comprendido que hay cosas que querrían cambiar o lo que sea.
Pero si me contratan para representar a una marca y cambian el modo en el que luzco drásticamente cuando todo el mundo sabe cómo luzco... Creo que es raro, ¿no?”
Según contó la actriz, ella se enteró de los cambios que había sufrido su fisonomía cuando la firma Franziska Fox compartió algunas de la imágenes (ya retocadas) a través de su cuenta de la red social de Instagram.
“Cambiaron mi rostro y quitaron los músculos de mis brazos... Era bizarro. Lo primero que hice fue llamar a mi representante para decirle que era inaceptable, porque ese no era el mensaje que quería darle al mundo”, contó Willis tras ver las fotos.
“Esta idea de que así como eres no luces bien no debería existir”, agregó. “Uno debería poder sentirse hermosa sin maquillaje, completamente desnuda, estar orgullosa por como eres y sobre todo sin que nadie sienta el derecho a juzgarte”, consideró Willis.