Una cosa es tocar con una banda de más de 20 músicos y otra presentarse en la plaza Fundadores de Querétaro con un viento travieso que arrebataba las partituras de las manos.
La Big Band Querétaro de Víctor Peña se presentó en el marco del Festival Cultural Querétaro 2014 y, a pesar de las adversidades climatológicas, prendió a los queretanos.
A medio concierto aparecieron las primeras parejas para bailar temas clásicos de amor al estilo de Frank Sinatra, Tony Bennett y demás crooners.
Pero el viento fue tan implacable que los músicos tenían que salir corriendo tras sus notas escritas y regresar a seguir tocando.
De tiempo en tiempo, los presentadores tenían que contar chistes en lo que se acomodaban nuevamente los integrantes de la orquesta.
“Buenas noches, para los que me conocen son Víctor Peña y para los que no me conozcan también soy Víctor Peña”, decía el líder de la banda, improvisado como un standopero (de stand up).
Los músicos se presentaron como una banda que interpreta “canciones de amor y temas clásicos de películas”, dijeron.
El cantante Carlos Rebolledo sufrió el doble papel de interpretar a Frank Sinatra y, al mismo tiempo, tratar de ser divertido.
"No venía preparado”, declaró Rebolledo y efectivamente, el cantante no venía preparado para contar chistes, ni blancos ni colorados. A cambio, interpretó “I’ve got you under my skin”, de Frank Sinatra y salvó la noche.
“Pidan lo que quieran que ellos van a tocar lo que se les antoje”, afirmó uno de los presentadores oficiales del Festival Cultural Querétaro 2014 y en efecto, los músicos tocaron lo que quisieron.
“¿Qué (canción) quieren escuchar?”, preguntó Rebolledo que se empeñaba en cantar como crooner “varonil y sensual”. La gente pedía “New York, New York”, pero él decidió interpretar una que nadie pidió. “Come fly whith me”.
Sonaron los mejores temas de Sinatra y el viento en Querétaro se calmó. Los músicos pudieron tocar tranquilamente durante unos minutos de tregua.
El líder de la Big Band, Víctor Peña, daba instrucciones, se encorvaba en su piano, caminaba de un lado a otro, pedía más temas, hasta que se dio por vencido porque el viento no dejaba de molestar y se despidió de los asistentes, un poco harto de la situación: “Nos vamos”.
Para decir adiós, la Big Band Querétaro interpretó un swing clásico y el viento arreció. Al viento le gusta Sinatra, pero no el swing. Era hora de irse a bailar canciones de películas a otra parte.