Llegar al éxito no es un camino fácil, pero tampoco es imposible. Miquel Ferrer y Edmundo Alejandro Mejía son dos ejemplos que prueban que se puede salir victorioso ante cualquier fracaso.
Miquel Ferrer, originario de Barcelona, España, llegó a Querétaro en el 2011, y llegó para triunfar. A los 15 años comenzó con un negocio de venta de rosas para el festejo de Sant Jordi en Cataluña, día en que se celebra a los enamorados.
“Yo vendía rosas y, en una de esas, una persona que consideraba amigo mío, que lo conocía desde muchos años, me estafó, le di a crédito ciertas rosas y nunca me las pagó, ese fue uno de esos casos en los que tropecé pero me tuve que levantar”, relató.
Hoy Miquel no se considera un empresario, sino un autoempleado que trabaja día a día en busca del éxito; su comercializadora está dedicada a importar material prefabricado para la construcción de naves industriales y habitacionales.
Por su parte, Edmundo Alejandro Mejía, originario de la Ciudad de México, llegó a Querétaro hace cinco años. Es un emprendedor verde, ofrece cursos de capacitación en cuestiones ambientales, pero su historia comenzó en su empresa recicladora de plásticos.
“Mi historia de fracaso fue cuando yo empecé, empecé como una recicladora de plástico, reciclaba prácticamente todos los residuos urbanos, estaba empezando a crecer y estaba muy cerca de mi punto de equilibro, comencé a generar ganancias y me presentaron a alguien que se dijo 'mi amigo' y se ganó mi confianza y terminó estafándome, perdí una máquina para moler PET y perdí la camioneta que tenía, me quedé sin capital para operar, tuve que entregar la bodega y cerrar”, relató.
En ese momento de crisis, Edmundo se dijo a sí mismo “levántate”. Así lo hizo. “No hay imposibles, sí se puede, lo que les quiero decir a los jóvenes es que no tengan miedo a cumplir cada uno de sus sueños”.
Miquel Ferrer y Edmundo Alejandro Mejía, fueron dos de los participantes de FuckUp Nights que se realizó en el mes de junio en La Glotonería.
FuckUp Nights es un evento que se celebra en 130 ciudades del mundo. Los participantes comparten sus historias de fracasos con el objetivo de crear conciencia que es posible salir adelante tras una “caída”. En Querétaro este evento tiene lugar una vez al mes en La Glotonería.