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El creador de Apple, Steve Jobs, falleció el 5 de octubre de 2011. Tres años después de ese suceso, la empresa con sede en Cupertino parece haber cambiado la estrategia que seguía su líder, quien logró gran éxito sin necesidad de seguir las tendencias del mercado.
En su época, Jobs afirmaba que un celular de pantalla grande no era práctico ni funcional porque la gente quería manejar el dispositivo con una sola mano. Respecto a las tabletas, afirmaba que las medidas de la primer iPad eran las idóneas para trabajar, ya que algo menor “saldría muerto”, según se indica en su libro biográfico.
Sin embargo, por mandato del mismo Jobs, a mediados de 2011, Tim Cook asumió el cargo de CEO y bajo su administración llegaron nuevos productos, como el iPad Mini, los cuales quizá no hubieran sido aprobados por Jobs, pero resultaron éxitos comerciales.
El ejemplo más reciente de esto son los nuevos modelos del iPhone, que tienen pantallas de hasta 5.5 pulgadas y han roto récords mundiales en ventas.
Bill Kreher, analista de la firma de servicios financieros Edward Jones, mencionó que “Steve Jobs fue el innovador, el visionario que hizo mucho del trabajo pesado con el desarrollo de productos espectaculares; pero Tim Cook es un buen administrador de la empresa y es un excelente ejecutor, ha sido capaz de ampliar el alcance de esos productos y mejorar la rentabilidad”.