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Artesanas del municipio de Amealco trabajaron con los artistas visuales Lorena Suárez y David Manzanares, con el fin de crear 15 piezas que muestran el bordado como una tradición ancestral de dicha comunidad.
Punto de cruz, pepenado, lomillo e hilván son los diferentes tipos de creaciones que se exponen en el Museo de Arte bajo el título: “Bordados Ancestrales Iconografías Hña hñu en los Textiles de San Ildefonso Tultepec, Amealco”.
David Manzanares, joven escultor originario de Oaxaca, ha trabajado en diferentes proyectos referentes a la conservación y promoción del arte indígenas, dentro de Querétaro y en otros estados.
Su participación dentro d el proyecto de “Bordados Ancestrales Iconografías Hña hñu” se centró en dar dinamismo a las piezas creadas por las mujeres de San Ildefonso, pero conservando los íconos referentes a su cultura.
“Elaboramos diferentes diseños con las formas e íconos que ellas trabajaban, estos textiles se encuentran en las servilletas, en la ropa de ellas, todo eso, pero generalmente lo que hacían es repetir un mismo diseño muchas veces y de un mismo color, y lo que buscamos fue crear dinamismo en las figuras de los bordados a través de la combinación de los colores y aumentamos el tamaño para que sea más agradable a la vista”, explicó David Manzanares.
El objetivo de exhibir las piezas en el Museo de Arte de Querétaro es para valorar los bordados como una obra de arte, además hay textiles como los hechos con doble punto de cruz, que por su laborioso proceso ya no se realizan.
“Es importante preservar la tradición, porque muchas veces ya no quieren trabajar con ellas y lo que pasa es que las dejan de hacer, como el doble punto de cruz, por eso es importante preservarlas, mantenerlas vivas”, añadió el joven estudiante de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro, quien basa su creación artística en su propia herencia indígena.
Sobre esta experiencia de trabajar con las artesanas de San Ilfedonso, Manzanares refirió que “son mujeres muy dedicadas, sus talleres están en sus casas, son sus casas en sí, en donde estén y a donde llegan se sientan a bordar, tienen esa habilidad y son gente muy feliz, trabajar con las manos te da mucha libertad, de alguna manera te libera, por eso es gente muy agradable y muy risueña y se prestan mucho para trabajar y aprender”.
Una de las mujeres participantes en este proyecto es Marcelina Ventura Perfecto, quién comenzó a bordar por enseñanza familiar, “yo como vi a mi mamá que bordada y sufría mucho para comprar qué comer, por eso empecé a bordar, para ayudarle. Me puse a bordar y sí es una tradición de Amealco, hago manteles, a veces si me mandar a hacer blusas las hago, pero esas son más laboriosas, sólo has hago cuando me las piden, también hago servilletas, manteles, lo que pidan”.
Las mujeres que participaron para esta exposición, también trabajan en otros proyectos de bordados como QUé-ARTE MäKA.