Vida Q

Qué bonita es la fama

Qué bonita es la fama
30/03/2013 |00:29
Redacción Querétaro
RedactorVer perfil

La actriz Danna García fue la niña que salía por la puerta de atrás de los restaurantes; jugaba de delantera en equipos de futbol y logró obtener dos discos de Platino como cantante en su natal Colombia.

A sus 34 años, aún goza de las mieles que le significó su participación en aquel fenómeno televisivo Café con aroma de mujer.

Hoy es protagonista de la telenovela Qué bonito amor, al lado del actor Jorge Salinas.

Esto último ya es materia conocida por todo el público.

El otro lado de la vida de esta actriz lo cuenta ella misma, sentada en un café de Polanco.

¿A qué jugaba una niña con una mamá cantante y conductora de un programa de televisión a los siete años de edad?

El actuar era un juego, porque no se toma en serio, en ese tiempo no sabes que es una profesión.

Y dice tu mamá que pagan y que con ese dinero se ayuda a la escuela. Con mi hermana jugaba poco a las muñecas. La verdad es que siempre jugué más a cosas de hombres, como una manera de integrarme a los compañeros de trabajo: jugaba futbol, agarrábamos caracoles, no era la vida tradiciomal del niño, yo no tenía ni tiempo para tender la cama, pasaban por mí a las seis de la mañana para grabar el programa.

¿Te veían tus compañeros de escuela como bicho raro?

Los niños entendían más que los adultos lo que hacía.

Los primeros decían que era cool, los demás cuestionaban por qué no podía ser normal y entregar los trabajos escolares a las siete, como todos, sino hasta las tres.

¡Sí, recuerdo que llegaba a hacer los exámanes por fax, porque grababa fuera de la ciudad!

A los 18 años en México, sola en un país desconocido, ¿sientes que alguien quiso abusar de ti, no precisamente en cuestiones sexuales, sino laborales?

Mi mamá dice que una de las cosas de las que he tenido suerte en la vida es que no me doy cuenta de lo malo.

Lo que sí recuerdo es que cuando alguien me daba la mano no la quería soltar porque me sentía sola, tenía esa sensación, pero siento que eso me enseñó a ser independiente.

¿Has llegado a perder piso?

¡Por supuesto! Soy introvertida, privada, familiar, así que estar en un medio público me costó.

Tenía 15 años y hacía la telenovela, una serie y además daba conciertos cada fin de semana e iba a la escuela. Tener todo eso hacía que no entendiera dónde estaba parada y todo me molestaba. No entendía por qué si iba a un café todo mundo caía y tenía que salir por la puerta de atrás; me tapaba la cara con el cabello, hasta mi mamá me olía mal, nada soportaba, de verdad. Es con el tiempo que aprendes que es bonito que la gente te quiera.

¿Qué te inspira Café Moreno, tu ex grupo musical?

Un sueño de mi papá que quería que sus dos hijas cantaran.

Y resulta que sacamos el disco y fue número uno, con dos discos de Platino. Un día en un concierto llevabábamos un vestuario transformer y en lo que caminamos sólo nos quedamos en shorcitoy top porque entre la gente nos arracaron la ropa.

Pero hace mucho que no escucho (lo que cantaban), me da vergüenza.

¿Cuál ha sido el peor chisme que te han inventado?

Viví en Alemania un tiempo y ahí dijeron que dejé un hijo abandonado allá, fue algo que tocó mis fibras porque uno de mis sueños es ser mamá, sin embargo Dios no me ha dado aún esa oportunidad.

Y después de la novela, ¿qué viene contigo?

Quiero alejarme un poco de la televisión y me gustaría poder hacer cine, pero en español, porque ese es mi idioma.