En el marco del centenario del natalicio de Octavio Paz, único mexicano que ha recibido el Premio Nobel en literatura, los escritores queretanos Luis Alberto Arellano, Tadeus Argüello y Samuel Lagunas, coindicen en que su obra tiene que ser analizada con una visión más crítica.

“La relevancia de Paz se tiene en varios niveles, es un gran poeta y es una figura clave en el eslabón de las distintas promociones de literatura mexicana en el siglo XX”, explica a EL UNIVERSAL Querétaro el poeta, ensayista y traductor Luis Alberto Arellano. Sin embargo, el también estudiante del doctorado en Literatura Hispánica comenta que es primordial realizar un estudio profundo a la obra, en todos sus niveles y alejado del prejuicio de la persona que fue el también poeta.

“Obviamente es una lectura obligada para quien quiera explicarse el siglo XX mexicano; creo que es nuestra labor de los que estamos interesados en esto, leer su obra con una pasión crítica, es decir dedicarle el tiempo para ubicar, contextualizar, rastrear las influencias, las lecturas del propio Paz, aquilatar los logros y empezar a separar la paja del trigo. Hay una oportunidad de entrar a la obra de Paz sin el prejuicio de la persona y desentrañarla de otra manera, creo que es una labor por hacer en los próximos años, pero es un trabajo para las siguientes generaciones”, agrega Arellano.

Como poeta, ensayista, diplomático y como intelectual, este mexicano tiene historias divididas. “Cada quien tiene el Paz que se merece, su obra es tan basta, ocupa tantos niveles de la vida pública, inclusive la obra poética tiene tantas estaciones que pasa como con Borges, uno tiene que configurarse su propio Borges, y ahora su propio Paz, no puede haber un sólo personaje que concentre todas las miradas en que todos coincidamos, es absurdo. Yo creo que no hay una lectura única de la obra de Ocatvio Paz, no vendrá una sola lectura, lo importante es hacer una multiplicidad de acercamientos y de entradas a una obra tan basta y en eso está el trabajo, cada quien tendrá el Paz que se merece”, explica Arellano.

Un referente en la cultura

Antes de que obtuviera el Premio Nobel, añade Arellano, el escritor ya tenía un peso específico en la cultura mexicana, el galardón no es sino la “confirmación de una larga presencia que yo creo que comienza con su renuncia a la embajada de la India en el 68 (por la masacre de Tlatelolco); Paz es el último, creo yo, de los intelectuales modernos que tienen todavía un peso y una voz que se escucha dentro de la vida pública mexicana, a diferencia de otros intelectuales. Lo que sí es claro, es que después de Octavio Paz no ha habido una figura intelectual de eso peso y eso es algo que en México se resintió en muchos aspectos”.

Para el poeta y estudiante de filosofía Tadeus Argüello, quien está próximo a presentar en Querétaro su nuevo libro titulado Black Arcadia (Calygramma), comenta que la obra del escritor “es necesaria dentro de la tradición, pero yo creo que tiene que haber una lectura crítica sobre su obra; más allá de la neblina, de los comentarios y de lo que hay alrededor del Nobel, hay una lección muy vital del ejercicio de escritura, a lo largo de su obra poética hay bastante exploración, riesgo, proyectos como Blanco, Renga (que bueno es de las cosas que más me gustan de Paz) y por no hablar de su exhaustivo papel como ensayista, que en algunas cosas se puede diferir con él, porque al menos con Paz es hacer un diálogo, es pelearte con él y cuando te peleas con él es realmente cuando te deja algo, por eso es necesario leerlo y releerlo”.

Samuel Laguna, licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM, quien acaba de presentar en Querétaro su libro Todavía Mañana (Mantis/IQCA), dice que el efecto del trabajo literario del escritor mexicano se ha transformado con el paso del tiempo.

“Las primeras generaciones cercanas a él lo idolatraron mucho, ya la generación de los 80’s, 90’s han empezado a hacer una lectura mucha más crítica de su obra, pero todavía falta. Octavio Paz debe ser recordado porque es el único mexicano que ha ganado el Premio Nobel, sí, pero ya no con esa veneración absoluta del gran ‘maestro’, yo creo que ya hay que empezar a perderle el respeto, acércanos a su obra con más objetividad”, explica Laguna.

Actualmente, en la Biblioteca Central de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), se presenta una exposición de fotografías del escritor mexicano. Mientras que el próximo lunes 31 de marzo a las 19:00 horas en Galería Libertad, se hará una lectura colectiva en homenaje al poeta y ensayista.

Y en la facultad de Filosofía de la UAQ, en el Patio Barroco, se presentará el espectáculo La erótica Marina o Las huellas del picahielo, inspirada en Mi vida con la ola, obra del escritor mexicano.

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