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Oscar Noriega Quartet se presentó en Moser Café-Kultur, como parte de una pequeña gira en la que Todd Clouser, Aarón Cruz y Gernan Hecht acompañaron al prodigioso saxofonista Noriega, quien llegó desde Nueva York.
Querétaro fue la primera ciudad en la lista del recorrido de la banda y en las siguientes semanas pisarán escenarios de Morelia, Puebla y la Ciudad de México.
“Les pido silencio, es necesario que así sea, para disfrutar la magnificencia de esta noche”, fueron las palabras del maestro de ceremonias previo a abrir el micrófono.
De inmediato los asistentes fueron atrapados y las miradas, así como toda la atención estaba fija en el escenario para disfrutar de piezas como “Nice try”, “Dewey”, “Bella” y Diego”, todas ellas de la autoría de Oscar Noriega.
A lo largo de 90 minutos el “Modern jazz” se expresó en su máximo esplendor a través de la perfecta sinergia emanada de los virtuosos de la batería, la guitarra, el contrabajo y el saxofón.
Antes de entonar la última melodía “Bye, bye”, el invitado estelar agradeció al público y a sus acompañantes por brindarle la dicha de hacer algo que fue más allá que ofrecer un concierto, hacer música.
Luego de su paso por el escenario, Todd Clouser compartió con EL UNIVERSAL Querétaro detalles sobre el ensamble que ha logrado hacer con el saxofonista, así como de su proyecto alterno titulado “A love electric”, que comparte con el mexicano Aarón Cruz y el argentino Gernan Hecht.
Asimismo detalló que el encuentro de jazz con Noriega era un pendiente que tenían los músicos, sin embargo, no se había podido llevar a cabo hasta que las agendas coincidieron luego de una gira por países como Alemania y Colombia.
“Ensayamos dos veces antes de presentarnos aquí en Querétaro, pero así es esto, nos adaptamos muy fácil. Las melodías de Oscar son rápidas y complejas, hablan usualmente de experiencias, hay una sobre un tren en Alemania e incluso otra que es para el gato de Oscar”, confesó Todd entre risas.
¿En qué momento te atrapó el jazz?
Desde los 11 años empecé a tocar la guitarra, hacía ruidos por la necesidad de expresarme y en ese momento no sabía que estaba improvisando. Ahora es lo mismo pero con más vocabulario musical. Yo necesito estar haciendo música todo el tiempo, fui necio hasta hacerlo parte de mi vida, estudié esto en la universidad y continúo aprendiendo.
¿Qué pasa por tu mente cuando estás frente al público?
Me da miedo, soy mucho menos nervioso que antes, pero lo sigo siendo. Me gusta tocar para gente joven, incluso para niños, ya que reaccionan sin reserva. Depende de la gente, de la cultura y del lugar, hemos tocado en varios escenarios en la Ciudad de México con “A love electric”, también en Nueva York y Marruecos, fue inolvidable para mí, he tenido la suerte de realizar ciertos sueños.
¿Cuál es la esencia de tu sonido?
Es difícil, ya que es un reto y objetivo para mí siempre ser sincero, ofrecer algo de mi experiencia, de mi observación. No hago música como producto comercial, no es mi intención, se piensa como proyecto pero de inicio siempre viene de mi impulso artístico.
¿Cómo describirías la música en esta generación?
Creo que cada vez hay más gente con conocimiento respecto a la música, ya sea jazz o cualquier otro estilo que no sea “pop”. Hay saturación en Internet, en donde todos suenan muy similar y las canciones hablan de lo mismo, creo que podemos abrirnos más como público, existe buena música y no sólo está en la tele o en la radio.
¿Qué sigue para ti después de esta gira con Oscar?
Muchos viajes con “A love electric”. Para empezar, el 20 de abril estaremos en el Teatro de la Ciudad de México, Estados Unidos y por primera vez pisaremos China, nos quedaremos ahí por dos semanas. Nos enfocaremos a componer para grabar un disco con la banda.