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En 1988 Sabo Romo tocó por primera vez en el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez, con Caifanes, un recuerdo inolvidable para el músico, quién volvió de nueva cuenta a este escenario para guiar un viaje al pasado, un viaje sinfónico en el que se hicieron presentes Leonardo de Lozanne, Kazz, Neón, Piro y Cala, con canciones del movimiento Rock en tu idioma, rolas que el tiempo ha hecho perpetuas.
Aquellos que vivieron el nacimiento de bandas como Caifanes, Maldita Vecindad, Soda Stereo, Los amantes de Lola, Fobia, Rostros Ocultos, Enanitos Verdes, y demás, no faltaron al concierto de Rock en tu idioma sinfónico en Querétaro. Algunos ya pasando los 50 años, con canas o sin pelo, llevando a los hijos o a los nietos, cantaron y bailaron como si el tiempo no hubiera pasado.
Sabo Romo, en su papel de guía espiritual en este viaje musical, fue el primero en salir al escenario y advertir que lo que presenciarían era “pura pinche magia”. “Viento” de Caifanes, una de las canciones más emblemáticas en la historia de esta agrupación, comenzó a despertar los recuerdos de todos los asistentes y los fue preparando para el resto de la noche.
El mismo Sabo invitó al público a levantarse de sus asientos y bailar, diciendo que a la Corregidora, doña Josefa Ortiz de Domínguez, le hubiera gustado eso, pero al parecer los asistentes estaban guardando sus energías para el resto del concierto.
Kazz (Los amantes de Lola) fue el segundo en salir y cantar “Creo que, creo que mamá se está volviendo loca...”, “Microbito” en voz de Leonardo Lozanne logró levantar al público de sus asientos; “No hay nada eterno” con Neón; y luego Piro (Ritmo Peligroso) saltó al escenario con toda la energía para entonar “Déjala tranquila” y “El último adiós” lo interpretó Cala (Rostros Ocultos).
Después se unió al concierto la Camerata Metropolitana, bajo la dirección de Felipe Pérez Santiago, y la noche se volvió más intensa.
El primer tema que tocó la Camerata fue “Mátenme”, con Sabo a la voz. Leonardo interpretó “Voy a buscar”; “Beber de tu sangre” en voz de Kazz; “Juegos de amor”, un clásico de Neón; “Marielito” de Piro; mientras que Neón trajo a la memoria al músico argentino Miguel Mateos, interpretando “Es tan fácil romper un corazón”.
Cala regresó al escenario para traer una atractiva versión de “Kumbala”; Los Enanitos Verdes también fueron homenajeados en este concierto con “La muralla verde” en voz de Leonardo Lozanne. Piro cantó “Lobo hombre”, y nuevamente volvió a escena Leonardo, primero para agradecer a todo el público por mantener vivas esas canciones que son parte del soundtrack de su vida y, luego, para cantar “Diablo”.
El final estaba cerca, dijo Sabo que tenían que terminar ya porque les iban a cerrar el asilo. Así que salió Cala y cantó “El final”. Se despidieron y las luces se apagaron. Pero los músicos de la Camerata no se movían del escenario ni el público de sus lugares, entre aplausos, chiflidos y taconazos que hicieron vibrar el auditorio, las luces se volvieron a encender.
Leonardo de Lozanne, Kazz, Neón, Piro, Cala y Sabo, que se distinguía entre todos por su camisa color salmón, sus pantalones cortos, su trenza larga y cana, se unieron para interpretar “Cuando pase el temblor”, recordando a Gustavo Cerati, músico argentino que dejó una importante huella en el la historia de Rock en tu idioma, una historia inolvidable.