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Ofrecen concierto de gala con la OFEQ

Ofrecen concierto de gala con la OFEQ
29/09/2014 |23:01
Redacción Querétaro
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El teatro de la República de Querétaro, espacio cultural e histórico de esta ciudad, abrió sus puertas, como pocas veces lo hace, para el concierto de gala para salterio, el pasado 25 de septiembre.

El concierto fue parte de las actividades del festival ¡Que viva el salterio!, que reúne a varios países.

En esta ocasión, participan músicos de Austria, Bielorrusia, Eslovaquia, Estados Unidos y México.

La mayor parte de los países son de Europa del Este, donde se supone, se encuentran las referencias de este instrumento, referencias que se hayan, si se buscan en las páginas de La Biblia.

El salterio, que parece una guitarra, se toca como si fuera un piano, se escucha como un arpa y se golpea como si fuera una marimba, a veces con dos finos algodones y dos delgados palitos, a veces con un arco.

Salterio que apenas y destaca con su sonido suave, arrullador, en medio del sonido retumbante de la filarmónica queretana.

Alternó Michael Leontchick, Bielorruso de nacimiento, tocando un tzymbaly, versión rusa del salterio.

También participó Mykhaylo Zakhariya, de Eslovenia, haciendo lo propio con el Cimbalóm, rara versión de este instrumeto musical fino como cítara y mágico, como arpa de sirena.

Con ver estos dos músicos en acción, tiene para presumir y disfrutar. Encorvados ambos, tocando sus instrumentos con la furia de un caballo para obtener un finísimo sonido, apenas audible.

Tocó el turno a Alejandra Barrientos y Héctor Larios y Fausto Castelo, ella de vestido de gala de Tehuana y él de smoking y al piano. Ambos alternando en una obra de estreno: El pájaro y la rana, pieza de finos, casi hipnóticos arrumacos musicales, como para dormir con paz, no en paz.

Teatro de la República, cuna de la Constitución Mexicana y sede de la Orquesta Filarmónica de Querétaro, más un pequeño, casi insignificante, invitado de honor: el salterio. Un monumento histórico, para albergar el sonido de un instrumento musical milenario.

Cada año, desde hace seis, en la ciudad de Querétaro, le dedican un festival exclusivo para este extraño y antiquísimo instrumento, el salterio, tan raro como su sonido.